El expresidente y candidato republicano Donald Trump se refirió este lunes a la llegada de migrantes a la frontera suroeste de EE.UU. como una «invasión de asesinos y depredadores de niños» durante un mitin en la ciudad de Reading (Pensilvania), que cuenta con un 70 % de población de origen hispano.
«Vienen de todo el mundo, pero también de Suramérica (…) Son pandilleros, traficantes de drogas y asesinos», sentenció Trump en el recinto Santander Arena de Reading.
Reading se ubica en el condado de Berks, que votó en las dos anteriores elecciones por el aspirante republicano, dentro del ‘estado bisagra’ de Pensilvania, crucial por los 19 votos electorales que aporta.
Los sufragios de los 600.000 latinos llamados a las urnas en Pensilvania el próximo 5 de noviembre resultará fundamental para decantar la balanza en este ‘estado pendular’, que en 2020 se inclinó por el presidente Joe Biden.
«Pequeñas ciudades y pueblos por todo el país están siendo invadidos, hay mucha gente asustada. Tenemos cientos de miles de estas personas entrado y muchos de ellos son criminales», repitió el magnate republicano ante un público que por momentos permaneció prácticamente silente.
Dado que el evento se celebraba entre semana, los asistentes procedían principalmente de localidades cercanas como Allentown, Lancaster, York o Harrisburg, que conforman el conocido Corredor 222 y donde el porcentaje de habitantes hispanos no baja del 40 %.
Trump, que estuvo acompañado por el empresario republicano Vivek Ramaswamy en este acto, también pasó por encima de otros temas recurrentes en su campaña como la fracturación hidráulica (‘fracking’).
En el estado donde a mediados del siglo XIX apareció el primer pozo de petróleo rentable de la historia de EE.UU., Trump aseguró que su oponente demócrata, Kamala Harris, acabaría con el ‘fracking’ «en las primeras 24 horas» de su hipotético Gobierno.
«Los demócratas dicen que les gusta el ‘fracking’ pero no es así. Terminar con la fracturación hidráulica sería terminar con Pensilvania», dijo sobre Pensilvania, que décadas después se convertiría en un bastión del acero y el carbón desmantelado finalmente en los setenta por un implacable proceso de desindustrialización.
Además, Trump se comprometió a bajar los precios de la electricidad hasta la mitad en su primer año de Gobierno si regresa a la Casa Blanca.
Por otra parte, se valió de algunas de sus bazas más utilizadas, culpando a la Administración Biden y a los demócratas de influir en los niños estadounidenses para que consideren someterse a tratamientos hormonales u operaciones de transición de género.
«¿Qué opinan de que sus niños vayan a la escuela y cuando los recojan en vez de ser él, quieran ser ella?», afirmó en un condado con gran arraigo religioso.
La mayoría de analistas coinciden en que el candidato que se imponga en Pensilvania durante las elecciones presidenciales de noviembre, alcanzará el Despacho Oval.
Según una encuesta publicada por The New York Times hoy, demócratas y republicanos gastaron 180 y 170 millones de dólares, respectivamente, en anuncios de campaña solo en Pensilvania desde el 1 de enero hasta este miércoles.
El compañero de fórmula de Trump, el senador por Ohio JD Vance, ya protagonizó un acto de campaña en Reading a finales del mes pasado; mientras que el candidato demócrata a la vicepresidencia, Tim Walz, se reunió con la comunidad latina de la ciudad hace una semana.
EFE