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Artículo escrito por: Joel Vargas Licenciado en Comunicación Social | UNICA |
Haremos un poco de historia, cuando en la década de los ochentas, en el sector la Peñita de Chivacoa, se inicia con estas fiestas en honor al rey momo, la comunidad organizada se prepara para celebrar un año más con niños, jóvenes y adultos quienes preparaban su disfraz, otros más aguerridos se aventuraban en utilizar su fantasía y bailar en la comparsa, al principio se hacía solo en ese sector, recorrían todas las calles y avenidas, así nació el carnaval que ahora conocemos. Pasaron varios años para que fuese considerado como patrimonio cultural del estado.
Los Carnavales Turísticos del estado Yaracuy, con sede en la ciudad de Chivacoa, representan una de las manifestaciones culturales más coloridas de nuestra región. Año tras año, estas festividades llenan de alegría las calles, que atraen a miles de visitantes a disfrutar de nuestras tradiciones.
Sin embargo, más allá del fulgor de las carrozas con sus movimientos electromecánicos que permiten a las figuras mostrar lo atractivo en cada presentación en los desfiles, el ritmo competitivo de las comparsas aquí el vestuario, su colorido, la música, la coordinación en el baile, son los requisitos que deleitan al público y el ingenio de los disfraces que para muchos es la interpretación de la creatividad que cautiva al espectador.
Las fantasías, una obra emblemática donde el creador se destaca con el mejor traje que figura a través de la imagen de quien será el encargado de presentar este renglón; es importante reflexionar sobre el potencial que estos carnavales tienen para el desarrollo turístico y cultural de Yaracuy, que los ha convertido, en una referencia nacional y ahora con las redes sociales, internacional, al ser los mejores de Venezuela.
Los carnavales de Yaracuy representan el sentimiento del pueblo, de su gente, que se organiza en las comunidades a través de los comités para mostrar una de sus costumbres a través de desfiles, comparsas, conciertos y juegos tradicionales que, al pasar de los años, no solo han mantenido vivas antiguas tradiciones, sino que han evolucionado con influencias modernas, para las nuevas generaciones.
Es importante mencionar que estas fiestas, desde el 21 de diciembre, con el inicio del solsticio de invierno, donde la noche es más larga, se celebraban las Saturnalias en honor al dios Saturno según la tradición romana, se realiza el tradicional grito de carnaval, momento propicio para presentar un espectáculo musical, exhibición de las mejores comparsas y la imposición de las bandas que indentifican los 14 municipios a las jóvenes candidatas a optar por la corona de los carnavales.
EL MOVIMIENTO ECONOMICO Y TURISTICO
Estas fiestas se han convertido en un motor económico, con la afluencia de turistas de diferentes partes del país y algunos provenientes del extranjero, hacen que el desarrollo local en el sector turístico y de servicios como gastronomía, alojamiento y las artesanías se benefician durante esta temporada festiva. Sin embargo, el verdadero tesoro de los carnavales radica en el sentido de pertenencia de los yaracuyanos, quienes se sienten orgullosos de compartir su identidad con quienes se aventuran a visitar esta entidad.
A pesar de los beneficios, hay desafíos que deben ser abordados. La sostenibilidad ambiental y la seguridad son preocupaciones constantes, dado el aumento de visitantes durante los días de asueto. Es crucial que tanto autoridades como ciudadanos trabajen en conjunto para preservar los espacios públicos y garantizar la seguridad de todos los participantes.
En definitiva, los Carnavales Turísticos de Yaracuy en su trigésima novena edición, son una experiencia inolvidable de colores, magia, sabores y sonidos que se fortalece cada año, los carnavales entretienen, unen a la familia, inspiran y contribuyen al bienestar general de los yaracuyanos como simbolo de alegria y tradición.