El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció este lunes que invocó el uso de poderes especiales de emergencia para controlar las protestas que camioneros y grupos antivacunas protagonizan desde hace más de dos semanas en varios puntos del país.
Trudeau dijo en una intervención televisada que tomó la decisión porque «es evidente» que las autoridades locales están teniendo problemas para hacer cumplir la ley, tras semanas de protestas y bloqueos de cruces fronterizos.
La última vez que un Gobierno canadiense invocó el uso de poderes de emergencia fue en 1970 cuando el entonces primer ministro, Pierre Trudeau, padre del actual gobernante, hizo uso de la Ley de Medidas de Guerra para combatir al Frente de Liberación de Quebec (FLQ), un grupo terrorista que secuestró al viceprimer ministro de Quebec y a un diplomático británico.
Trudeau aseguró que la medida no limitará la libertad de expresión ni la capacidad de manifestarse legalmente en el país.
El primer ministro también aseguró que las medidas «serán razonables» y proporcionales a las amenazas que existen y que el Gobierno no desplegará efectivos de las Fuerzas Armadas.
Durante las consultas con los jefes de Ejecutivos provinciales, tanto la provincia de Quebec como la de Alberta señalaron su oposición al uso de la Ley de Emergencias.
El líder del soberanista Bloque Quebequés (BQ), Yves-François Blanchet, declaró durante una rueda de prensa que Quebec no quiere el uso de las Fuerzas Armadas en su territorio y que tampoco lo desea en el resto del país.
Dos cruces fronterizos con EEUU, Coutts, en Alberta, y Emerson en Manitoba, permanecen bloqueados por las protestas de camioneros y agricultores. Además, el centro de Ottawa sigue ocupado por unos 400 camiones y centenares de personas.
El anuncio de la adopción de la Ley de Emergencias se produjo poco después de que la Policía Montada canadiense informó de la detención de 11 personas que participaban en el bloqueo del cruce fronterizo de Coutts, en el oeste del país, y que estaban en posesión de numerosas armas de fuego y chalecos antibalas.
EFE