Un estudio publicado el pasado año en la revista Sleep Medicine ha encontrado una relación entre la ingesta de queso y una probabilidad menor de sufrir apnea del sueño, un trastorno cuyos principales síntomas son los ronquidos durante la noche, entre otros, según recoge el portal Health.
La relación entre el consumo de queso y la apnea del sueño se observó gracias al análisis de 400.000 personas inscritas en las bases de datos del Biobanco del Reino Unido y el Biobanco FinnGen (Finlandia). Además, utilizaron un proceso llamado aleatorización mendeliana, utilizando la información genética para imitar un experimento natural. Esto dio como resultado que las personas que ingerían queso tenían un riesgo 28 % menor de sufrir esta patología.
Además, se examinó 44 biomarcadores diferentes vinculados con el riesgo de apnea del sueño, determinando que la ingesta de queso podría afectar directamente a seis de ellos: aspartato aminotransferasa, urea, cistatina C, globulina transportadora de hormonas sexuales, testosterona y presión arterial diastólica.
Según los investigadores, cabe matizar que este estudio solo mostró la relación entre el consumo de queso y la apnea de sueño, no causalidad.
"La población estudiada era principalmente de ascendencia europea, lo que pude limitar la generalización de los hallazgos a otros grupos", aclaró Daniela Marchetti, psicóloga clínica especializada en medicina conductual del sueño.
Consumo de queso y menor presión arterial
Por otra parte, esta investigación tampoco hizo diferencias entre la cantidad de queso consumido ni el tipo, por lo que parece ser que los efectos provienen de los productos lácteos sobre estos biomarcadores. Igualmente, estudios anteriores han demostrado que el consumo de queso está asociado con una menor presión arterial y un menor nivel de testosterona, lo que podría prevenir esta enfermedad.
La apnea del sueño es una afección que se caracteriza por la interrupción de la respiración durante el sueño, cuyos intervalos pueden ir desde unos pocos segundos hasta dos minutos y tienden a repetirse en numerosas ocasiones, hasta 30 veces en una noche. Aunque no supone una amenaza vital, sí puede conllevar problemas como insomnio, hipertensión arterial, dolor de cabeza o irritabilidad, entre otros, según la Federación Española de Asociaciones de pacientes alérgicos y con Enfermedades Respiratorias (FENAER).
Según la FENAER, se calcula que en España entre 5 y 7 millones de personas sufren apnea del sueño, de los cuales entre 1,2 y 1,5 millones tienen la enfermedad susceptible de tratamiento. En Estados Unidos, esta afección es una de las más comunes, pues afecta a aproximadamente 30 millones de personas.
El Economista