Las piezas dentarias de la boca pueden enfermarse, romperse y hasta perderse. Pero hoy, gracias a los avances en la investigación, es posible pensar en la regeneración dental con células madre como una alternativa cuando algo no marcha bien en la cavidad bucal.
¿Qué son las células madre?
En los últimos tiempos, las células madre y los tratamientos que las incluyen han ganado popularidad. Incluso existe polémica y debates de índole ética alrededor de los usos de este tipo de tecnología.
Las células madre se pueden considerar como el componente más primitivo de todo nuestro organismo. De ellas han surgido y se han especializado todas las demás células del cuerpo, con sus funciones específicas.
Las células madre tienen la particularidad de poder dividirse y multiplicarse con diferenciación por largos períodos de tiempo. Y al no ser especializadas, tienen el potencial de convertirse en cualquier tipo de célula del cuerpo.
En los laboratorios es posible aislar estas células madre. Allí, en ambientes controlados, se dividen y dan origen a nuevos elementos: las células hijas.
Las células hijas pueden tomar dos caminos:
Los investigadores y los científicos que estudian esta técnica esperan comprender mejor la manera en que se desarrollan algunas enfermedades. También buscan generar células sanas que reemplacen a las enfermas; es lo que se conoce como medicina regenerativa. Consiste en orientar a las células madres a que se especialicen y se conviertan en el tejido dañado que se pretende reparar.
También son útiles a la hora de probar y experimentar con nuevos medicamentos. Utilizar los fármacos sobre este tipo de células permite probar la seguridad y la calidad de la medicación sobre tejidos específicos.
¿De dónde provienen las células madre?
Los científicos han descubierto varias fuentes de células madre. A continuación mencionamos algunos de sus posibles orígenes:
En los últimos años se ha descubierto que las células madre de la pulpa dental, que es la porción más interna de los dientes, y las del ligamento periodontal, presentan las mismas características que las células mesenquimáticas de la médula ósea. Estos hallazgos han incrementado la investigación al respecto.
Pues les han otorgado importancia de índole médica. La facilidad de obtenerlas y la rapidez en la multiplicación podrían colocar a las células madre dentales como un campo a considerar para el tratamiento de patologías óseas, musculares y neurológicas, como la enfermedad de Parkinson.
Uso de células madre en odontología
Como ya estuvimos adelantando, la medicina reparativa aprovecha la capacidad de las células madre para diferenciarse y especializarse. Y de esta manera es posible reparar tejidos dañados o enfermos.
Para esto, los científicos cultivan células madre en un laboratorio y manipulan su diferenciación. Luego, las nuevas células especializadas se implantan en los pacientes.
Este tipo de técnica también se está investigando e implementando en el campo de la odontología. A continuación te contamos los avances de la regeneración dental con células madres.
Estudios recientes demostraron que las células madres de origen dentario pueden diferenciarse y dar origen a varios tipos de tejidos. Y se multiplican a gran velocidad. Por este motivo, las piezas dentarias son una excelente fuente de este tipo de elementos.
Se han podido obtener células madre de origen dental de 5 sitios diferentes: de la pulpa, del ligamento periodontal, de dientes primarios exfoliados, de la papila dental y del folículo dentario.
El desarrollo de la regeneración dental a partir de células madre está en pleno proceso de investigación y nuevos hallazgos. Pero en la actualidad, su uso se centra en las áreas quirúrgicas y de endodoncia.
Alcances de la regeneración dental con células madres
La regeneración dental con células madre puede ser utilizada en varios niveles que aún se están estudiando. Estos son algunos de los posibles tejidos sobre los que se podría aplicar la técnica:
Lograr este tipo de tratamiento cambiaría de manera definitiva la rehabilitación oral. Pues con la simple colocación de un implante preparado debajo de la encía del paciente, sin perforar el hueso, se podría desarrollar una nueva pieza.
El nuevo elemento estaría incluido en el sistema oral con todos los componentes de sostén iguales a un diente propio. Con seguimientos radiográficos, ortodoncia y restauraciones convencionales se lograría la erupción y la estética adecuada para que la pieza creada se integre a la arcada sin inconvenientes.