Una nueva técnica que estimula el sistema inmunitario para que ataque a los tumores –basada en extraer las células cancerosas, tratarlas con medicamentos y colocarlas de nuevo– demuestra eficacia en un estudio en ratones.
La lucha del sistema inmunitario es clave para superar cualquier enfermedad, algo que también ocurre en el cáncer, que puede tratarse mediante inmunoterapia, que actúa activando el sistema inmunitario para que ataque a los tumores directamente. Ahora, un nuevo estudio del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) (EE.UU.) ha descubierto una nueva manera de estimularlo en ensayos realizados con ratones, que podría suponer un avance en los tratamientos contra diferentes tipos de cáncer.
El descubrimiento, publicado en la revista Science Signalling, consiste en extraer células tumorales del paciente con cáncer y tratarlas con fármacos de quimioterapia. Una vez tratadas se vuelven a colocar en el tumor, donde actúan como una señal de alerta que activa la producción de células T, que combaten la enfermedad.
Los resultados de las pruebas hechas en ratones indicaron que este tipo de tratamiento era capaz de eliminar completamente los tumores en el 40% de los animales en el caso de melanoma y cáncer de mama. Además, cuando los investigadores inyectaron células cancerosas en los mismos animales al cabo de varios meses, sus células T las reconocieron y las extinguieron antes de que pudieran formar nuevos tumores.
Para llevar a cabo el experimento se combinaron medicamentos inhibidores del bloqueo de puntos de control –que desbloquean las células T, pero no son capaces de acabar con todos los tipos de cáncer– con fármacos de quimioterapia citotóxica, con el fin de que esta ayude a activar el sistema inmunitario para que acabe con un mayor número y tipo de células tumorales.
Esto se produce debido a un fenómeno llamado muerte celular inmunogénica, en el que las células tumorales muertas, o que están moribundas, envían señales que atraen la atención del sistema inmunitario, que actúa en consecuencia. Los investigadores descubrieron que no eran las células tumorales muertas las que estimulaban el sistema inmunitario, sino que lo hacían las células dañadas por la quimioterapia, pero que aún estaban vivas.