Una alimentación y una suplementación adecuada es también una terapia no farmacológica para tratar el Alzheimer. El alto porcentaje de pacientes con esta enfermedad que presenta desnutrición se explica por los efectos de la enfermedad en sus diferentes etapas.
La alimentación influye directamente en nuestra capacidad cognitiva. La evidencia científica ha demostrado que dietas como la mediterránea, la dash o la mind mejoran la salud cerebral y previenen de posibles complicaciones en esta zona de nuestro organismo. Por esta razón, una correcta nutrición es un elemento clave en los enfermos de Alzheimer.
“Hasta un 80% de los pacientes con Alzheimer presenta desnutrición, lo que afecta a la evolución de su enfermedad, aumentando las complicaciones, infecciones y la mortalidad”, afirma Julia Álvarez, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE).
En este sentido, la experta resalta que una alimentación y una suplementación nutricional adecuada es también una terapia no farmacológica para estos pacientes en riesgo de desnutrición o desnutridos, por lo que debería haber una adherencia terapéutica como parte del tratamiento.
Los principales cambios fisiológicos del envejecimiento que influyen en una pérdida de apetito y que afectan al estado nutricional son la pérdida paulatina de los sentidos y los cambios hormonales y en la cavidad oral, en el tracto gastrointestinal y en el sistema inmunitario. “Además, disminuye la capacidad de almacenar agua (unido a la pérdida de sensación de sed), hay un aumento de la grasa y una disminución de la masa muscular”, añade la especialista.
La obesidad, factor de riesgo para desarrollar Alzheimer
Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la obesidad puede aumentar el riesgo de padecer demencia o Alzheimer. Esto se debe a la acumulación de grasa en el cuerpo, que puede producir deterioro cognitivo, especialmente en personas con un elevado nivel de inflamación.
Este estado inflamatorio está generalmente presente en pacientes con obesidad y es posible que tenga un efecto directo en la degradación neuronal. “Las citocinas producidas en las células grasas pueden justificar la atrofia cerebral y la hiperintensidad de la materia blanca que se encuentra en los sujetos ancianos y obesos”, detalla la investigación de la UCM.
¿Por qué es tan común la desnutrición en pacientes con Alzheimer?
El alto porcentaje de pacientes con Alzheimer que presenta desnutrición se explica normalmente por los efectos de la enfermedad en sus diferentes etapas. Así, Álvarez distingue que, al principio, es habitual la pérdida del gusto, de la sensación de sed y de habilidades para comprar o cocinar. Más tarde, se detectan olvidos, tanto de lo que hay de comer como de lo que ya se ha comido, además de disfagias o problemas al tragar.
“En las últimas fases de la enfermedad se añaden la apatía, la negación a la ingesta y la incapacidad para utilizar cubiertos e, incluso, para comer. Una serie de características que puede desembocar en la desnutrición del paciente, una mayor fragilidad y un aumento del riesgo de mortalidad”, indica la presidenta del SENPE
Consejos para promover una correcta nutrición:
Para mejorar la disposición del paciente con Alzheimer a comer, existen diversas técnicas. Álvarez apunta las siguientes:
Agencia