La ola de calor que desde hace unos días azota toda Italia y que continuará durante toda la semana está agravando la sequía que se extiende en el país y puede obligar a decretar el estado de emergencia, además de cortes de agua, también diurnos, en algunas localidades.
En la actualidad, de las principales ciudades del país, 23 se encuentran en zona naranja y dos, Palermo y Perugia, en roja por las elevadas temperaturas, aunque la situación empeorará progresivamente mañana y pasado mañana, cuando pasarán a ser 12 las que entren alerta roja, según indicó el Ministerio de Sanidad.
El director de la Protección Civil italiana, Fabrizio Curcio, explicó hoy por su parte que «no se puede descartar el racionamiento diurno de agua», después de que ya haya cortes nocturnos en algunas zonas.
«Estamos definiendo los criterios con las regiones y sobre todo las medidas. Creo que en los próximos días, a más tardar en las próximas semanas, tendremos medidas claras y podremos declarar el estado de emergencia», agregó Curcio.
Además, no se esperan lluvias en los próximos días y la ola de calor, llamada Caronte, está dejando temperaturas de 45 °C en Cerdeña y Sicilia y 40 °C en el sur del país, y las altas temperaturas podrían permanecer en Italia hasta el 4 o 5 de julio.
Solo deberían producirse fenómenos de tormentas esporádicas limitadas a los Alpes y el noroeste, donde las temperaturas ya han bajado significativamente en los últimos días gracias a las corrientes frías.
En Italia se ha registrado un 40- 50 % menos de agua de lluvia este año respecto a los promedios de los últimos años y hasta un 70 % menos de nieve, señaló Curcio.
Mientras que el rio más largo y caudaloso de Italia, el Po, se ha reducido en hasta un 80 % menos y «en algunas zonas tiene un impacto absolutamente importante en la producción agrícola, pesquera y eléctrica”, añadió.
En Roma, la sequía es visible observando el nivel del río Tíber, que ha bajado seis centímetros en solo tres días y sigue descendiendo.
El nivel del río está en un metro y doce centímetros, cuando debería estar entre cuatro y medio y cinco y medio, y esto ha incluso provocado que se puedan observar las ruinas del antiguo puente neroriano, generalmente sumergido por el Tíber.
Un nivel tan bajo es peligroso para el ecosistema y para las embarcaciones que lo cruzan, que corren el riesgo de no poder cruzarlo con seguridad y el presidente de la Región del Lacio, Nicola Zingaretti, ha proclamado el estado de desastre natural y anunciado que se están estudiando soluciones para el ahorro de agua.
EFE