La búsqueda de una vivienda de alquiler en Caracas se ha convertido, para Jonás Argüello, en un dolor de cabeza. Esa es la realidad del mercado inmobiliario en Venezuela.
Con 24 años y un trabajo remoto que combina con labores de asistente virtual, Argüello tiene la intención de dejar de vivir con sus padres e independizarse con su pareja, quien es propietaria de un emprendimiento que hace sus ventas a través de redes sociales.
Ellos pertenecen a la lista de personas que desean acceder a un inmueble a través de alquiler en un mercado que, en 2023, cerró con números en rojos, ya que, según la Cámara Inmobiliaria de Venezuela (CVC) se trata de un nicho prácticamente “inexistente” con un promedio de alquileres y ventas que no superó el 5%.
Para Jonás y su novia no ha sido sencillo, a pesar de que admiten que hay disponibilidad de inmuebles, no solo para alquilar sino para comprar. Pero, los precios y las condiciones representan una isla hacia la que es difícil nadar.
“Los precios son elevados, piden muchos requisitos y muchos meses adelantados y de depósitos”, se lamentó Argüello.
Una vivienda de cuatro habitaciones con sus baños privados y medianamente amoblada en San Bernardino, según una búsqueda a través de plataformas digitales, tiene un valor en alquiler de US$700, mientras que un inmueble similar en La Campiña podría costar US$ 500.
Ambas con tres o cuatro meses de depósitos, varios meses cancelados por adelantado y pago de mes administrativo.
Se trata de un mercado que presenta distorsiones y que, para 2024, muestra expectativas de que el sector inmobiliario secundario (alquileres y ventas) puede repuntare y alcanzar la ola de crecimiento económico proyectado para el país.
Sin embargo, tal expectativa depende de tres variables o claves fundamentales, según explicó Aquiles Martini Pietri, expresidente de la Cámara Inmobiliaria y miembro de la comisión de Infraestructura Vivienda y Hábitat de Fedecámaras.
“Todo se completa en varias variables: otorgamiento de créditos, respeto a los derechos constitucionales tanto del vendedor como del comprador, del arrendatario y del arrendador y la confianza que debe haber por parte de los inversionistas de una recuperación del país no solo en términos económicos”, indicó.
Con información de Banca y Negocios