Austria es desde hoy el primer país de la Unión Europea donde es obligatorio vacunarse contra la covid-19, con multas de hasta 3.600 euros si se incumple, una medida que pretende elevar el bajo nivel de inmunización pero que ha generado un fuerte debate y una fractura social en el país.
La Ley federal sobre la vacunación obligatoria entró en vigor formalmente este sábado, menos de tres meses después de que el Gobierno conservador-ecologista la anunciara, al considerar que es la mejor vía para contener la pandemia, proteger al país de nuevas oleadas y evitar el colapso hospitalario.
Quedan exentas las embarazadas, los menores de 18 años, las personas para las que la vacuna suponga un riesgo y quienes se hayan recuperado de la enfermedad en los últimos 180 días.
Aunque fue aprobada con una mayoría superior al 75 % en las dos cámaras del Parlamento, la ley ha ahondado la brecha y polarización social en torno a la gestión de la pandemia.
Un 25% de las personas en Austria siguen sin vacunarse contra la covid-19, y sólo el 68% tienen actualmente la pauta completa en vigor.
La oposición liberal y socialdemócrata ha respaldado al Gobierno votando a favor de la ley, mientras que sondeos recientes señalan que casi un 40% de la población la rechaza.
El partido ultranacionalista FPÖ lidera la lucha política contra las medidas de precaución, desde el uso de mascarillas hasta la vacunación, argumentando con la defensa de la libertad individual y poniendo en duda la gravedad de la pandemia.
Su líder, Herbert Kickl, ha llegado incluso a recomendar tomar paracetamol y un desparasitador para caballos como remedios contra la enfermedad.
Unión Radio.