Se estima que más del 70% de las mujeres experimentan sofocos en algún momento de la transición a la menopausia y, aunque hace tiempo que se acepta que los sofocos pueden afectar a la salud mental y a la calidad de vida, la investigación acumulada también sugiere una relación entre ellos y el riesgo de enfermedad cardiovascular en las mujeres, como atestigua un estudio presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Norteamericana de Menopausia (NAMS, por sus siglas en inglés).
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en las mujeres, y el riesgo se acelera en la mediana edad durante la transición a la menopausia. Grandes estudios epidemiológicos de cohortes, así como estudios clínicos que utilizan evaluaciones fisiológicas de los síntomas vasomotores, han aportado pruebas que relacionan los sofocos con el riesgo de enfermedades cardíacas.
En concreto, las mujeres con sofocos más frecuentes presentan peores perfiles de factores de riesgo cardiovascular, como presión arterial elevada (o hipertensión), resistencia a la insulina (o diabetes) y dislipidemia, así como un mayor riesgo de aterosclerosis subyacente.
Además, los sofocos más frecuentes o persistentes se han relacionado con un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio y el ictus, a medida que las mujeres envejecen. Las investigaciones más recientes también han relacionado los síntomas vasomotores con indicadores de la salud cerebral, incluidos los marcadores de la enfermedad de los vasos pequeños en el cerebro.
La doctora Rebecca Thurston, de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), ha realizado la investigación, que explora los poibles mecanismos fisiológicos subyacentes que pueden relacionar los síntomas vasomotores con el riesgo cardiovascular, así como las implicaciones clínicas de este trabajo.
«Los sofocos se consideran síntomas con implicaciones para la calidad de vida, pero no necesariamente para la salud física. La investigación acumulada ha puesto en tela de juicio este conocimiento clínico de larga data y subraya que los sofocos frecuentes o severos pueden señalar a las mujeres que tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en la mediana edad y más allá», añade Thurston.
«Esta presentación introduce las últimas ideas sobre cómo las mujeres con una alta carga de síntomas vasomotores pueden beneficiarse particularmente de los esfuerzos de reducción cardiovascular a medida que envejecen», destaca el doctor Faubion, director médico de la NAMS.