Casi el 65 % de los niños con dermatitis atópica moderada tienen afectaciones en su descanso por la comezón, mientras que en los pequeños que la padecen de forma grave la cifra se eleva a 92 %, alertó este jueves una especialista.
“Los niños con dermatitis atópica de moderada a grave no descansan lo suficiente y no rinden en la escuela porque el prurito (comezón) llega a afectarlos durante 12 horas al día”, señaló en conferencia de prensa Mirna Toledo Bahena, presidenta del Colegio Mexicano de Dermatología Pediátrica.
La experta expuso que, además, la apariencia de su piel les provoca sentimientos de enojo y baja autoestima, por lo que los niños y adolescentes con este padecimiento enfrentan un mayor riesgo de desarrollar enfermedades mentales.
La dermatitis atópica es una enfermedad sistémica, crónica e incurable que se manifiesta en la piel. Se caracteriza por la aparición de brotes que causan comezón intensa que provoca lesiones rojas, sangrado y posteriormente costras.
Otro de los síntomas principales es la resequedad de la piel, que se incrementa durante la temporada invernal debido a las bajas temperaturas y la humedad, por lo que los dermatólogos recomendaron cremas humectantes para evitar mayores molestias.
“El síntoma más frecuente de la dermatitis atópica es el prurito, el cual llega a ser de tal intensidad que ocasiona alteraciones en el sueño, ausentismo escolar y problemas emocionales”, subrayó Toledo Bahena.
La especialista lamentó que exista la percepción de que una piel lastimada o enrojecida es sinónimo de contagio o de limitaciones sociales.
De este modo, aparte de las repercusiones médicas, económicas y familiares, los menores con dermatitis atópica sufren rechazo, se aíslan y esto acentúa su carga emocional y preocupaciones, así como la de sus cuidadores.
Por eso, dijo, para atender apropiadamente la dermatitis atópica infantil, la estrategia terapéutica debe ser integral, con acciones complementarias que consideren la educación al paciente, familia y sociedad y la importancia del apego al tratamiento médico.
Asimismo, recomendó evitar los desencadenantes de los brotes en la piel y hábitos dañinos, así como el cuidado de la salud mental de los pequeños, quienes son presa fácil de depresión, ansiedad e insomnio.