Un estudio reveló que un tipo de medicamentos que se emplea para aliviar las náuseas y vómitos causados por la quimioterapia, la radioterapia, la migraña, la gastroenteritis aguda, y después de una cirugía, estaba relacionado con un aumento de las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular isquémico.
En la investigación, llevada a cabo por expertos del Instituto Nacional de Investigación en Salud y Medicina de Francia (Inserm), de la Universidad de Burdeos (Centro de Salud de la Población de Burdeos) y del CHU de Burdeos, se han analizado tres de los fármacos llamados antieméticos antidopaminérgicos (ADA), concretamente la domperidona, la metopimazina y la metoclopramida.
Los hallazgos, que se pueden consultar en la revista The BMJ, muestran que los tres medicamentos estaban asociados a un mayor riesgo de ictus, especialmente en los primeros días de ingesta, y que el mayor incremento de las posibilidades de experimentar un episodio se encontró en la metoclopramida (3,53 veces más) y la metopimazina (3,62 veces más). Según explican los investigadores esto podría deberse al efecto de los ADA en el flujo sanguíneo al cerebro porque ambos fármacos atraviesan la barrera hematoencefálica.
Los ADA pertenecen a un grupo de medicamentos llamados antidopaminérgicos –donde también se encuentran los antipsicóticos– cuya función es bloquear la actividad de la dopamina en el cerebro. Estudios anteriores ya habían demostrado que los antipsicóticos aumentan el riesgo de ictus isquémico, pero se desconocía si esto ocurría igual con los ADA
Los pacientes que empezaban a tomar medicamentos ADA tenían un riesgo tres veces mayor de sufrir un ictus.
Para poder descubrirlo se analizó a 2.612 pacientes de 72 años de media del sistema sanitario de reembolso nacional francés (SNDS), que habían tenido un primer accidente cardiovascular isquémico entre el año 2012 y el 2016 y, además, al menos un reembolso por domperidona, metoclopramida o metopimazina 70 días antes de su accidente, y se compararon con 21.859 personas que tomaron ADA y fueron escogidas al azar.
Los resultados indicaron que los pacientes que empezaban a tomar medicamentos ADA tenían un riesgo tres veces mayor de sufrir un ictus y, en función de la edad, sexo y antecedentes de demencia, se observó que el riesgo en los hombres era superior, concretamente 3,59 veces mayor que en el caso de las mujeres.
Los investigadores subrayan que el estudio es de carácter observacional, por lo que no se puede conocer la causa de esta asociación entre los medicamentos ADA y el riesgo de ictus. Sin embargo, creen que “el mayor riesgo encontrado para los fármacos que cruzan la barrera hematoencefálica sugiere un posible efecto central, posiblemente a través de una acción sobre el flujo sanguíneo cerebral”, explican.
Con información de Webconsultas.