Investigadores de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, han descubierto el papel vital de una hormona (denominada INSL3), que se desarrolla en los hombres durante la pubertad, y que es capaz de predecir precozmente si podrían desarrollar ciertas enfermedades en su vida adulta.
Tal y como muestran los hallazgos publicados hoy en la revista científica «Frontiers in Endocrinology», esta hormona peptídica similar a la insulina es constante durante largos periodos de tiempo y constituye un importante biomarcador temprano para la predicción de enfermedades relacionadas con la edad.
La INSL3 es producida por las mismas células de los testículos que producen testosterona, pero a diferencia de la testosterona, que fluctúa a lo largo de la vida de un hombre, INSL3 se mantiene constante, con un nivel en la pubertad que se mantiene prácticamente igual a lo largo de la vida de un hombre, y que sólo disminuye ligeramente en la vejez. Esto lo convierte en el primer biomarcador predictivo claro y fiable de la morbilidad relacionada con la edad en comparación con cualquier otro parámetro medible.
Con información de La Razón.