De acuerdo a la nutricionista del Hospital HM Nou Delfos de Barcelona, Sílvia Torrents, es «peligroso» tener niveles insuficientes de vitamina D porque esto conduce «a una pérdida de densidad ósea progresiva» con la consecuencia de «sufrir osteoporosis y fracturas, especialmente en personas mayores a 65 años».
Las personas mayores de 65 años constituyen uno de los principales grupos de riesgo, pero cada vez se observan más niños y jóvenes en los que el nivel bajo de vitamina D ocasiona importantes problemas de salud.
La mujer, en todas las etapas de la vida, constituye otro grupo de riesgo, pues la vitamina D «actúa como hormona y cualquier hormona es importante en la salud de la mujer», asegura Sílvia Torrents.
Así, en edad fértil, su deficiencia dificulta la implantación del embrión y favorece el síndrome de ovarios poliquísticos, un problema que afecta entre al 5 y al 10 por ciento de las mujeres; durante el embarazo, su insuficiencia se asocia a un mayor riesgo de sufrir diabetes gestacional, parto prematuro y bajo peso del bebé al nacer y, finalmente, en la menopausia, los correctos niveles previenen problemas cardiovasculares, cáncer de mama, obesidad y osteoporosis.
Según la doctora, «no es fácil encontrar alimentos ricos en vitamina D, por lo que asumir un nivel óptimo a través de la dieta resulta complicado». El aceite de hígado de bacalao, el pescado azul (sardinas, atún, caballa, salmón, etc.), el marisco, los huevos, los lácteos, las setas, el aguacate o el germen de trigo son de los pocos alimentos que pueden ayudar a mantener un nivel óptimo de vitamina D, «pero lo que sí es definitivo es la exposición de la piel a los rayos solares», afirma.
Con información de Infosalus.