Esta enfermedad produce el endurecimiento de las arterias por la acumulación de grasa, lo que provoca un deterioro progresivo y disminución del flujo sanguíneo dando paso a la formación de coágulos o enfermedades cardíacas.
Investigadores de la Universidad de Western Ontario en Canadá han demostrado que la mandarina contiene un compuesto en altas dosis en su corteza blanca que combate esta enfermedad.