Existe un grupo de personas que, a pesar de contar con una audición normal, no obtienen placer de la música. Se muestran indiferentes ante esta, aunque tampoco la describan como molesta. A esta condición causada por una desconexión entre las redes auditivas y de recompensa del cerebro se le conoce como anhedonia musical específica y se descubrió hace 10 años.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Cell se apoya en esta condición para comprender mejor la manera en la que las personas experimentamos placer o alegría.La investigación, liderada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), creó el Cuestionario de Recompensa Musical de Barcelona (BMRQ) para medir el placer obtenido en la música.
En los cinco criterios utilizados (evocación emocional, regulación del estado de ánimo, fomento de conexiones sociales, movimiento o baile, y búsqueda de novedades), detectaron que quienes presentaban esta condición obtenían puntuaciones significativamente más bajas.
Según estudios conductuales y de neuroimagen, la anhedonia musical específica se asocia con una actividad reducida en las áreas cerebrales involucradas en el procesamiento de recompensas al escuchar música.
Sin embargo, estas personas sí responden con normalidad a otros estímulos placenteros como la comida, el sexo, el arte o el dinero. Es decir, el circuito de recompensa funciona correctamente en otros contextos, siendo la música la única excepción.
De esta forma, los investigadores concluyen que esta condición se debe a una desconexión entre regiones cerebrales, concretamente entre el circuito de recompensa responsable de procesar el placer y la red auditiva.
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