Rusia informó el martes que había llevado a cabo ejercicios que incluían disparos de misiles, algunos de ellos hipersónicos, en el Mediterráneo oriental, en un contexto en el que su aliado sirio Bashar al Asad pierde terreno frente a una coalición de rebeldes liderada por islamistas radicales.
“Misiles de alta precisión fueron disparados al mar y al aire en el Mediterráneo oriental, en un ejercicio para probar los métodos de acción conjunta de la Marina y las Fuerzas Aéreas rusas”, indicó el Ministerio de Defensa en un comunicado.
“Los grupos integrados por diversas fuerzas anti-submarinas y de asalto realizan disparos con misiles, artillería y torpedos, así como bombardeos prácticos”, señaló un comunicado del departamento de Defensa en Telegram.
Por ese motivo, la Armada rusa incrementó su presencia en el Mediterráneo Oriental, donde participan en los ejercicios unos mil soldados y una decena de buques de guerra, equipados con misiles Tsirkón, que tienen 1.000 kilómetros de alcance.
Además, se han sumado 24 aviones -entre ellos cazas MiG-31-, que portan misiles Kinzhal, y también los sistemas de misiles costeros Bastión.
Las fragatas ‘Almirante Flota de la URSS Gorshkov’ y ‘Almirante Golovko’ hicieron prácticas de tiro con misiles Tsirkón; mientras el submarino ‘Novorossiisk’ lanzó misiles de crucero Kalibr, que se emplean con asiduidad en Ucrania.
Los ejercicios, que comenzaron el domingo, según la nota, son dirigidos por el comandante en jefe de la flota rusa, Alexandr Moiséev.
Defensa subrayó que los ejercicios se realizan en estricta consonancia con las normas del derecho internacional y de acuerdo con otros países para prevenir incidentes en aguas internacionales.
El contingente ruso en Siria admitió el domingo haber bombardeado en coordinación con el Ejército sirio las posiciones enemigas en las provincias de Idlib, Hama y Alepo, la segundad ciudad siria que ha sido tomada por los rebeldes.
Tanto medios oficiales como el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ONG cuya sede se encuentra en el Reino Unido, informan desde hace días de los ataques de la aviación rusa.
El presidente ruso, Vladímir Putin, y el iraní, Masud Pezeshkian, expresaron el lunes durante una conversación telefónica su apoyo “incondicional” al régimen de Bashar al Asad ante la ofensiva de los grupos islamistas.
“Se expresó el apoyo incondicional a las acciones legales de las autoridades de Siria para restablecer el orden constitucional y la integridad territorial del país”, informó el Kremlin en un comunicado.
Putin y Pezeshkian abordaron “la agresión a gran escala de grupos terroristas y formaciones armadas”, que interpretaron como un intento de “socavar la soberanía y la estabilidad política, social y económica del Estado sirio”.
El jefe del Kremlin ordenó en septiembre de 2015 una operación militar que impidió el derrocamiento de Asad, aunque ahora las Fuerzas Armadas rusas están enfrascadas en la campaña de guerra en Ucrania.
EFE