El Gobierno brasileño anunció este lunes la creación de un Observatorio de la Violencia Contra los Inmigrantes y los Refugiados, cuya primera misión será la de acompañar el caso del refugiado .
El anuncio se produjo ante la gran repercusión nacional e internacional que ha tenido la muerte de Moïse Mugenyi Kabamgabe, un refugiado de la República Democrática del Congo de 24 años y residente en Brasil desde 2014, que fue asesinado a punta de golpes, patadas y puñetazos por cuatro hombres, por haber cobrado 200 reales (unos 37 dólares) a su empleador por dos días de trabajo.
Tras este asesinato se multiplicaron las denuncias de casos de violencia y discriminación sufridos por inmigrantes y refugiados en Brasil, en especial los procedentes del Congo y de otros países africanos.
Según un comunicado divulgado este lunes por los Ministerios de Relaciones Exteriores y de Justicia, la creación del nuevo Observatorio fue aprobada el pasado viernes en una reunión plenaria del Comité Nacional para los Refugiados (Conare), un colegiado que cuenta con representantes del Gobierno y de la sociedad civil.
El objetivo del Observatorio será «acompañar las denuncias y los procesos vinculados al asunto y apoyar la elaboración de políticas públicas para su enfrentamiento».
De acuerdo con la nota, la Conare estableció que la primera atribución del Observatorio será el seguimiento de los casos de violencia contra miembros de la comunidad congoleña en Brasil, en especial el caso de Mugenyi Kabagambe, «víctima de un crimen hediondo».
La Conare «siempre ha apoyado estrategias de enfrentamiento de la violencia contra inmigrantes y refugiados en Brasil, en línea con los compromisos internacionales brasileños», agrega el comunicado.
El linchamiento del congoleño generó protestas el sábado en una decena de ciudades brasileñas, entre las cuales Río de Janeiro y Sao Paulo.
Unas imágenes registradas por las cámaras de seguridad de un quiosco comercial en la playa en que fue asesinado, ampliamente difundidas por televisión y por las redes sociales, evidencian que fue víctima de una brutal golpiza por parte de un grupo de cuatro hombres, tres de los cuales ya fueron detenidos.
La muerte de Kabagambe fue condenada por organismos de derechos humanos como Amnistía Internacional, por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Brasil y por el movimiento negro, que además ha denunciado el caso como un asesinato de carácter racista.
A la ola de indignación generada por el asesinato se han sumado políticos, artistas y movimientos civiles de los más diversos tipos.
El Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro ya había anunciado que está «acompañando el caso» a través del Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos.
EFE