La crisis carcelaria de Ecuador sumó un nuevo trágico episodio en el que fueron asesinados 20 presos, durante enfrentamientos en la prisión de la sureña ciudad de Cuenca, similares a los acontecidos el año pasado, que dejaron 316 reclusos fallecidos en peleas entre bandas rivales.
Esta revuelta, que también dejó diez heridos, de ellos cinco de gravedad, es la primera grande de este 2022 en las cárceles de Ecuador, cuyo presidente, Guillermo Lasso, destacaba positivamente días atrás que desde el inicio del año habían muerto en las cárceles ocho reos, frente a los 83 del mismo periodo del año anterior.
Entre las veinte víctimas mortales reportadas por el Gobierno había al menos cinco cuerpos mutilados, según el ministro del Interior, Patricio Carrillo, quien reconoció que en el enfrentamiento los presos usaron «material de guerra» como fusiles, además de otras armas de fuego y elementos cortopunzantes que estaban en su poder.
Según el funcionario, los enfrentamientos, que comenzaron en torno a la 1:30 hora local (6:30 GMT) se produjeron porque «hay una organización que quiere tener un poder absoluto al interior del centro y hay unas células que se han revelado contra ellos».
Las autoridades han adoptado medidas para evitar que personas que pertenecen a las mismas organizaciones y se encuentran en otros centros penitenciarios del país «puedan elevar este tema en los otros lugares», añadió.
EFE