El indicador más importante está en mínimos. La mortalidad semanal por coronavirus es la más baja en toda la pandemia en Cataluña y confirma la mejora global de la situación epidemiológica en España y la comunidad. El Departamento de Salud notificó 10 decesos en los últimos siete días con datos consolidados, entre el 5 y el 11 de octubre. Los expertos confían en dejar atrás las subidas abruptas de contagios y mantener una convivencia moderada con el virus a medida que va aumentando la vacunación.
El descenso de la mortalidad es el último eslabón de una cadena que comenzó con la caída de los contagios a mediados de julio, tras una quinta ola desbocada. “Si hay menos infectados, hay menos ingresados, menos críticos, y al final, menos muertos”, resume Jordi Mancebo, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en la Hospital Sant Pau de Barcelona. “Y ahora tenemos pocos enfermos en la UCI”, resume.
El perfil de los pacientes críticos sigue siendo más joven que en las primeras olas, pero no alcanza los registros del pico de la quinta ola, cuando las fiestas universitarias y de fin de curso propagaron el virus. Entonces, un 40% de los pacientes críticos eran menores de 50 años y el porcentaje se ha reducido en las últimas semanas hasta el 20%, aproximadamente. “En los últimos 10 días hemos ingresado a cuatro personas y su edad media es de unos 40 años”, ilustra Mancebo. El responsable sanitario asegura que la mayoría de enfermos críticos “están vacunados”, pero señala otros factores de riesgo que han llevado a estas personas recientemente hasta la UCI. “Algunos son inmunodeprimidos y la vacuna no les hace el mismo efecto”.
Para ilustrar de manera gráfica la protección de la vacuna en los diferentes sectores de la población, Enric Álvarez, miembro del grupo de investigación de Biología Computacional y Sistemas Complejos (Biocom-SC) de la Universitat Politècnica de Catalunya, experto en proyecciones durante la pandemia, compara los grupos de edad cuando está protegidos contra la covid: “Un joven vacunado es como si tuviera la protección de un niño; y un anciano protegido, la de un joven”. Los niños fueron el colectivo con la incidencia menor en 2020 y la edad es el principal factor de riesgo para desarrollar la enfermedad grave, según los expertos.
La vacunación seguirá siendo el principal argumento para confiar en que los contagios, y en su consecuencia la mortalidad, se mantengan controlados, según Álvarez. “La tercera dosis comportará un descenso de la mortalidad”, ilustra. “Según la eficacia de esta dosis adicional puede aumentar la protección a la enfermedad o a las posibilidades acabar en el hospital, pero aún no lo sabemos”. De momento, únicamente las personas de más de 70 años y las inmunodeprimidas podrán recibir este tercer pinchazo.
EFE.