El cuidado cosmético reservado en la fiebre de los salones de uñas es impresionante. Según el portal de informes de consumo Statista, solo en Estados Unidos, los beneficios anuales rondan los 8.360 millones de dólares, mientras que la industria global del esmalte puede facturar 14.000 millones de aquí a 2024, de acuerdo con la consultora Grand View Research.
Y es que, las uñas pueden tener una infinita gama de variantes estéticas. Según Luciana Monzon, portavoz de REVIEWBOX, existen distintos tipos de uñas artificiales. “Además de una manicura básica existen más opciones para elegir. Podemos encontrar uñas acrílicas, uñas de gel y uñas shellac. Las uñas acrílicas y las uñas de gel son uñas falsas que se colocan sobre las naturales. Ambos tipos se preparan para extender la uña. En cambio, las shellac son una mezcla de gel y esmalte de uñas, que no permiten extender la uña”.
En cada tipo de uñas se utilizan diferentes ingredientes y técnicas. Sin embargo, como todo producto, tienen algunas ventajas y desventajas. Entre las ventajas, no tienen que esperar a que crezcan las naturales, evitar que se rompan, pueden darles el largo deseado y decorarlas como quieran. Las uñas artificiales pueden quedar muy bonitas y resaltar la belleza de las manos.
Pero también pueden ocasionar ciertos problemas por su colocación y posterior uso cotidiano. Por ejemplo, usar uñas artificiales conlleva distintos problemas de salud, tales como alergias, irritación nasal, quemaduras, enfermedades contagiosas, infecciones, debilidad o caída de uñas.
Las alergias, los componentes químicos usados para la confección de uñas artificiales mayormente son resinas o formaldehídos. Algunas personas son alérgicas a ellos sin saberlo. La irritación nasal se da cuando inhalamos el pegamento o las partículas de polvo al limar las uñas. Por ello no es bueno aplicarse estas uñas en ambientes cerrados.
Las quemaduras se dan porque, colocar ciertos tipos de uñas artificiales requiere calor. Por tanto, el aumento de temperatura es nocivo para la salud de las cutículas. Las enfermedades contagiosas, pueden presentarse porque, muchas veces, los centros de estética no desinfectan o limpian los instrumentos usados.
Las infecciones se dan cuando se cortan las cutículas, ya que perdemos una barrera natural contra bacterias o cualquier microorganismo. Por tanto, no deberíamos permitir su eliminación. Finalmente, al pegar las uñas artificiales deben seguir un proceso de pulido, las cuales quedan muy débiles. Como consecuencia, no tienen la fuerza suficiente para crecer y se rompen con facilidad.
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