La vitamina K es una mina de oro. Muchas funciones del organismo se ven potenciadas por su acción, por lo que es importante conocer su finalidad e incluirlas en la alimentación diaria.
Esta una sustancia liposoluble que se absorbe cuando se ingieren ciertos alimentos, como verduras de hoja verde, repollo o coles de Bruselas y bayas oscuras.
El beneficio de este nutriente es reducir la calcificación vascular, al tiempo que proporciona a quienes lo consumen los efectos que los mantienen activos. La Oficina de Suplementos Dietéticos de los Estados Unidos afirma que la vitamina K es esencial para la coagulación de la sangre y la salud de los huesos, con áreas en abundancia que proporciona.
Ante las carencias de esta sustancia, es más fácil desarrollar moretones, a causa de hematomas, y problemas de sangrado. Ello responde a la lentitud del procesamiento de la sangre.
Su contribución también está relacionada con la prevención de la osteoporosis, ya que interviene en la regulación del metabolismo del calcio y la incorporación de compuestos al tejido óseo, según confirma el portal especializado Alimente.
La vitamina K también contiene una gran cantidad de antioxidantes, lo que limita la acción de los radicales libres y reduce el envejecimiento prematuro.
Algunos alimentos que son fuentes de vitamina k son los siguientes:
- Hortalizas de hojas verdes como la espinaca, col rizada (o berza), brócoli y lechuga
- Aceites vegetales
- Algunas frutas como los arándanos azules y los higos
- Carne, queso, huevos y granos de soja
"Se ha demostrado que la vitamina K, tiene un efecto protector contra la leucemia, el cáncer de hígado, de próstata o de colon", dice la dietista Martina Ferrer.
El trabajo de este artículo va más allá del cuidado de los adultos, ya que también se complementa al lactante con una inyección destinada a prevenir la enfermedad hemorrágica del recién nacido.
Con información de Mega Noticias