Más de 10 millones de personas en el mundo padecen párkinson, una enfermedad neurodegenerativa que provoca la muerte de las neuronas que se encargan de producir dopamina en nuestro cerebro, una sustancia que necesitamos para transmitir respuestas emocionales y motoras entre las distintas neuronas. Por eso, entre los síntomas del párkinson, destacan las alteraciones motoras como los temblores, la rigidez muscular, o los trastornos del equilibrio, aunque hay otros que no afectan al movimiento como los problemas cognitivos o gastrointestinales, la depresión o la fatiga.
Ahora, por primera vez, científicos del Instituto Broad de Boston (Estados Unidos) han conseguido identificar los 10 tipos de neuronas dopaminérgicas –que se encargan de producir la dopamina– y han descubierto que uno de ellos es específicamente vulnerable a esta enfermedad, según han publicado en la revista Nature Neuroscience.
Los resultados de su estudio pueden ayudar a conocer mejor cómo aparece y progresa la enfermedad y a desarrollar nuevos tratamientos contra el párkinson, ya que los que se emplean en la actualidad contribuyen a reemplazar la dopamina perdida y a reducir los síntomas, pero el deterioro neuronal que experimentan los pacientes es irreversible.
Los investigadores estudiaron 22.000 neuronas dopaminérgicas en muestras de cerebro humano, algunas de las cuales procedían de personas que habían fallecido con párkinson, y otras de individuos que no habían sido diagnosticados con la enfermedad antes de fallecer. Durante el estudio midieron la expresión génica en estas muestras y descubrieron que existían 10 subtipos diferentes de estas células en la zona más compacta de la sustancia negra (un área localizada en el mesencéfalo del cerebro).
Comprobaron que el subtipo que alberga el activo AGTR1 mostraba una mayor vulnerabilidad frente al párkinson, disminuyendo significativamente en comparación con el resto. Por lo tanto, los resultados del trabajo demuestran que el párkinson ataca a un subgrupo determinado de neuronas dopaminérgicas, que al haber sido identificadas pueden facilitar la búsqueda de nuevas opciones terapéuticas.
Evan Macosko, miembro del instituto en el Centro Stanley para la Investigación Psiquiátrica en el Instituto Broad del MIT y Harvard y psiquiatra en el Hospital General de Massachusetts y principal autor de la investigación ha explicado: “Estudios anteriores sugirieron que hay dos o tres tipos de neuronas de dopamina en el cerebro medio. Encontramos 10 tipos, uno de los cuales, marcado por la expresión de un gen llamado AGTR1, era especialmente vulnerable a la muerte celular en la enfermedad de Parkinson. Y usando Slide-seq, una tecnología que mi laboratorio ha estado desarrollando junto con el miembro de Broad core Fei Chen, pudimos identificar exactamente dónde se encuentran estas neuronas en particular dentro de la sustancia negra”.
“Nuestros resultados –afirma Macosko– ayudan a explicar un misterio de larga duración sobre el párkinson: por qué este subconjunto particular de células de dopamina muere en el mesencéfalo. Estas células moribundas expresan más variantes relacionadas con el riesgo en comparación con otros tipos de células y con células similares de personas sin párkinson. Por lo tanto, la genética humana actúa dentro de estas células para hacerlas más vulnerables a la muerte celular, en comparación con otros subtipos de neuronas dopaminérgicas relacionadas, que no mueren tanto y no expresan tantos de estos genes de riesgo”.
Con información de Webconsultas