Las mujeres embarazadas que tienen COVID-19 durante su gestación dan a luz niños con un riesgo más alto de alteraciones en el desarrollo neurológico, en comparación con los nacidos de madres que no han pasado la enfermedad en esta etapa. Así lo ha dado a conocer un análisis preliminar presentado en el 30º Congreso Europeo de Psiquiatría.
Este hallazgo podría indicar que existe un riesgo para el bebé cuando está expuesto al SARS-CoV-2 en el útero, algo que divide a los expertos y que todavía está siendo investigado en multitud de estudios. La Dra. Rosa Ayesa Arriola, líder de esta investigación, ha informado de que no todos los bebés de madres infectadas tienen estas diferencias en el desarrollo neurológico, pero sí que han observado una mayor probabilidad de que esto ocurra, especialmente cuando se contrae la infección en el tercer trimestre de la gestación.
El trabajo se realizó con una muestra de 21 mujeres embarazadas con COVID-19 y 21 mujeres gestantes sanas que formaron el grupo de control. Todas fueron sometidas a pruebas hormonales y bioquímicas para medir el cortisol o la respuesta inmunológica, pruebas salivales, de movimiento y cuestionarios psicológicos.
Los resultados indicaron que los bebés de las embarazadas infectadas tenían mayores dificultades a la hora de relajarse y de adaptar sus cuerpos cuando son cogidos en brazos, además presentaron un peor control del movimiento de la cabeza y de los hombros a los seis meses de nacer, por lo que estar expuesto al coronavirus en el útero podría afectar a la función motora de los fetos.
Los autores encontraron que los bebés nacidos de madres con COVID reaccionaban de manera ligeramente diferente cuando se les cogía en brazos o eran abrazados
“Descubrimos que ciertos elementos de la medición de la Escala de Evaluación del Comportamiento Neonatal (NBAS), que mide el movimiento y el comportamiento del bebé, cambiaron en bebés de 6 semanas que habían estado expuestos al virus SARS-CoV-2. Efectivamente, reaccionan de manera ligeramente diferente cuando se les coge en brazos o son abrazados”, explica la investigadora Águeda Castro Quintas, otra de las autoras.
Los investigadores son conscientes de que la muestra de este estudio es muy pequeña y que todavía no se pueden sacar conclusiones. Por ello, Nerea San Martín González, coautora del estudio, ha explicado que “en los bebés que son tan pequeños hay varias cosas que simplemente no podemos medir, como las habilidades del lenguaje o la cognición. También debemos ser conscientes de que esta es una muestra comparativamente pequeña, por lo que estamos repitiendo el trabajo, y le daremos seguimiento durante un período más largo”.
Todavía quedan muchas incógnitas por resolver sobre los efectos del COVID-19 en el embarazo, por ejemplo, no se sabe si los efectos encontrados en los bebés podrían alargarse en el tiempo o si dependen de otros factores ambientales. Por tanto, exponen que seguirán investigando e instan a que se preste especial importancia al control médico prenatal para conseguir un embarazo saludable.
Con información de Web Consultas.