La salmonelosis es una enfermedad bacteriana común que afecta el tubo intestinal. En este caso, la bacteria de la salmonela acostumbra a vivir en los intestinos de animales y humanos, y la expulsamos mediante las heces
Tal y como explican desde la Clínica Mayo, es común contraer la infección por salmonela a través del agua o alimentos contaminados. Así, se suele dar al ingerir carne de vacuno, carne de aves, huevos o productos a base de huevos crudos o poco cocidos, e incluso de leche no pasteurizada.
Esta enfermedad provoca síntomas estomacales, por lo que las personas que tienen infección por salmonela creen que tienen gripe estomacal.
Entre los síntomas se incluyen diarrea, cólicos estomacales, fiebre, náuseas, vómitos, escalofríos, dolor de cabeza y sangre en las heces.
Estos signos generalmente duran de unos pocos días hasta una semana. En el caso de la diarrea, puede durar hasta 10 días, y puede pasar que sucedan varios meses antes de que los intestinos vuelvan a la deposición de heces habitual.
En algunos casos, la diarrea puede causar una deshidratación grave y requerir atención médica inmediata. Además, algunas personas pueden desarrollar complicaciones que pueden poner riesgo la vida si la infección se propaga a otras zonas fuera de los intestinos.
Consejos que nos mantendrán alejados de la enfermedad.
Lavarse las manos: en primer lugar, para prevenir la transferencia de la bacteria de la salmonela a la boca o a los alimentos que estamos cocinando, es importante lavarse frecuentemente las manos.
Mantener los elementos separados: Debemos almacenar la carne cruda de vacuno, ave o pescado apartada del resto de los alimentos en tu refrigerador.
En la cocina, es aconsejable utilizar dos tablas de cortar diferentes: una para la carne cruda y otra para las frutas y los vegetales.
Los expertos explican que nunca deberíamos colocar alimentos cocidos en un plato sin lavar que antes contuvo carne cruda y, además, recuerdan que debemos lavar bien las superficies en las que vamos a preparar alimentos con agua y jabón.
Tener cuidado con la cocción y conservación de los huevos: Para alejarse de esta enfermedad hay que cocinar bien los huevos. Para la elaboración de alimentos de consumo inmediato en los que figure el huevo como ingrediente, como son las mayonesas, salsas y cremas, debería sustituirse el huevo por un ovoproducto pasterizado, como es la huevina, excepto cuando estos alimentos sigan un posterior tratamiento térmico superior a 75ºC.
Para cocinar la masa de galletas dulces o helado casero, deberíamos asegurarnos de que los huevos estén pasteurizados.
Además, todos los alimentos en los que hemos utilizado el huevo o la huevina debemos consumirlos en las posteriores 24 horas y almacenarlos a una temperatura de refrigeración máxima de 8ºC.
Cocinar y almacenar correctamente los alimentos: Aparte de los huevos, para prevenir la salmonelosis hay que cocinar bien otros alimentos de origen animal, como la carne, evitando que quede cruda en su interior.
También se deben evitar contaminaciones cruzadas manteniendo aislados los alimentos crudos de los ya cocinados, conservándolos en recipientes tapados, y manteniéndolos a las temperaturas de refrigeración adecuadas.
Asimismo, debemos asegurarnos que las verduras crudas o las frutas hayan sido lavadas con agua potable antes de comerlas.
Noticiero Venevisión / Vidae