El cáncer testicular no solo afecta la salud física de los hombres, sino también su bienestar emocional. Esta enfermedad genera una amplia gama de emociones, desde miedo e incertidumbre hasta ansiedad y depresión, que pueden llegar a requerir atención profesional en cerca del 50% de los casos.
Según la psiquiatra Susana Arocha, el cáncer testicular, que suele diagnosticarse en hombres jóvenes, entre los 20 y 40 años de edad , y despierta preocupaciones sobre la sexualidad y la fertilidad, sobre todo si se trata de pacientes que no han tenido hijos, puesto que la patología puede comprometer a uno o ambos testículos, que son los encargados de producir espermatozoides.
El especialista mencionó que, por ejemplo, algunos hombres piensan que al padecer la enfermedad no van a poder tener hijos , pero si el tumor afecta solo a un testículo, y el otro está sano, se mantiene la posibilidad de generar espermatozoides.
Igualmente, refirió que a nivel psicológico el cáncer testicular también afecta negativamente a los pacientes, ya que puede implicar cambios en: la relación de pareja, la familia, su situación económica y la imagen corporal, cuando el tratamiento indicado es la cirugía para extirpar los testículos; y, en estados avanzados, puede poner en riesgo la vida del paciente; entre otros.
“El diagnóstico de cáncer testicular es un desafío que requiere un esfuerzo de aceptación, adaptación y apoyo”, afirma la doctora Arocha. La psiquiatra señala que entre los síntomas psicológicos más comunes que los pacientes con cáncer testicular pueden experimentar están: irritabilidad, llanto frecuente, tristeza, sensación de vacío, alteraciones del sueño y pérdida de apetito, lo que amerita atención profesional.
El especialista indicó que, para hacer frente a los desafíos emocionales asociados al cáncer testicular, tanto los pacientes como sus familiares pueden implementar las siguientes estrategias:
-Comunicación abierta: Hablar sobre los miedos y preocupaciones con el equipo médico y los seres queridos.
-Terapia psicológica: Buscar el apoyo de un profesional de la salud mental para desarrollar habilidades de afrontamiento.
-Rutinas diarias: Establecer una rutina diaria con actividades que proporcionan un sentido de control y propósito.
-Actividad física: Realizar ejercicio de forma regular, siempre y cuando sea recomendado por el médico, y disfrutar al aire libre.
-Apoyo social: Conectar con otros pacientes y grupos de apoyo para compartir experiencias y recibir consejos.
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