La capital ecuatoriana, Quito, tiene siete zonas bajo un control especial de las fuerzas de seguridad y agentes municipales, a fin de impedir la propagación de COVID-19, según anunció este viernes la titular de Gobierno, María Paula Romo.
La ministra apuntó que los siete sectores, que no detalló, concentran el mayor número de contagios y tienen «una mayor dificultad para que la ciudadanía cumpla con las normas de aislamiento, como la mascarilla y la distancia».
La Policía se hará cargo de tres de esos sectores, mientras que otros dos serán vigilados por las Fuerzas Armadas y dos zonas adicionales por el Gobierno local.
La vigilancia se traducirá en el refuerzo de los controles y la seguridad en las calles, no solo por parte de las fuerzas de orden, sino también por brigadas médicas, que continuarán su labor de supervisar la aparición de síntomas asociados con el coronavirus entre la población.
Respecto a las reuniones de más de 25 personas, permitidas bajo color amarillo en la escala epidemiológica del país, apuntó que algunos sectores «han malinterpretado» la medida y que en lugar de que se produzcan encuentros en «burbujas sociales», se están llevando a cabo fiestas y eventos grandes, algo totalmente prohibido en el actual estado de emergencia sanitaria.
EFE