Las fuerzas del orden francesas van a reforzar los controles para que se cumpla el confinamiento en vigor desde el 30 de octubre y el Gobierno no prevé una relajación de las restricciones como esperaban algunos comerciantes.
El secretario de Estado de Relaciones con el Parlamento, Marc Fesneau, confirmó este miércoles los signos dados por otros miembros del Ejecutivo en el sentido de que «por ahora» los comercios que no se consideran esenciales no podrán abrir.
«Comprendo la desesperanza de los comerciantes», indicó Fesneau en una entrevista a la emisora de radio France Info en la que repitió que el cierre de esos establecimientos no se decidió tanto por el hecho de que se consideren inseguros sino «para evitar desplazarnos más de lo que es necesario».
Es en esos desplazamientos -añadió- cuando «multiplicamos el riesgo de contagios».
Al iniciarse el confinamiento, el Gobierno había indicado que al cabo de 15 días se haría una evaluación sobre la posibilidad de que algunos comercios clausurados por orden administrativa pudieran volver a funcionar.
Este jueves por la tarde el primer ministro, Jean Castex, comparecerá ante la prensa para hablar de la situación epidémica y, sobre todo, de posibles ajustes en el dispositivo de restricciones.
En el último día, 472 personas murieron de covid-19 en Francia, después de los 551 anunciados el lunes, que fue el mayor número de esta segunda ola.
EFE