La ciudad catalana de Lérida (noreste), junto a seis municipios de sus alrededores, amanecen este miércoles confinados, aunque no totalmente, para tratar de frenar la expansión del coronavirus, después superar las discrepancias entre el Gobierno regional catalán y la Justicia.
En total, unos 150.000 ciudadanos desde hoy tienen restricciones a la movilidad, las reuniones se limitan a un máximo de diez personas y el comercio que no sea esencial se abrirá con cita previa, aunque, según el Gobierno autonómico catalán, esto no supone un confinamiento “estrictamente domiciliario”.
Inicialmente, las medidas restrictivas decretadas por las autoridades catalanas el pasado fin de semana fueron rechazadas por una juez, al considerar que hacer esas limitaciones eran competencias del Gobierno español.
Tras un decreto aprobado al día siguiente por el Gobierno catalán, que regulaba esas limitaciones, el confinamiento parcial fue autorizado por la autoridad judicial este martes y desde hoy entra en vigor.
La ciudad de Lérida y su comarca sufre el brote más importante de coronavirus en España y desde hace días las cifras de afectados no paran de aumentar.
Asimismo, el Gobierno catalán también aprobó ayer las primeras medidas restrictivas en tres barrios de la ciudad de Hospitalet de Llobregat, la segunda ciudad más poblada de la región después de Barcelona, con la que limita y donde aumentaron muchos los casos de COVID-19 y se empieza a detectar transmisión comunitaria.
Cataluña registró durante las últimas 24 horas 745 nuevos positivos de COVID-19, y la región sanitaria de Lérida concentra el mayor número de ellos, con un incremento de 57 casos más, mientras que la región sanitaria a la que pertenece Hospitalet de Llobregat, con 129 nuevos positivos, es la que más aumentó en número absoluto de contagios en las últimas 24 horas, cien más que los notificados el día anterior.
EFE