El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha constatado que las divergencias en las balanzas por cuenta corriente de las grandes economías se ampliaron en 2024, pero advierte de que recurrir a aranceles para corregir los déficits tendrá resultados limitados en la reducción de estos desequilibrios y, además, efectos negativos en la situación macroeconómica.
Según su informe sobre el Sector Externo publicado este martes, en el que analiza las 30 mayores economías del mundo, el año pasado los déficits por cuenta corriente se ampliaron en EE.UU., Australia o Brasil, mientras que China, la eurozona, Japón o Corea del Sur tuvieron superávit.
El reporte calcula que el incremento del desequilibrio entre economías se amplió al cierre de 2024 en 0,6 puntos porcentuales del PIB mundial y alcanzó su máximo en una década.
Las tres mayores economías del mundo (EE.UU., China y la eurozona) fueron las que registraron los movimientos más «excesivos» y por lo tanto las que más contribuyeron a la actual tendencia, que revierte la reducción de la brecha que se estaba viendo en la pospandemia.
El superávit de China, que venía de registrar un déficit del 0,02 % en 2023, aumentó en 0,24 puntos porcentuales, el de la zona euro, en 0,07 puntos, mientras que el déficit de EE.UU. creció en 0,2 puntos.
Un escaso impacto de los aranceles
Además de las transacciones de bienes y servicios -balanza comercial-, la cuenta corriente incluye las rentas y transferencias de capital con el exterior. Se utiliza para conocer la situación del país respecto a sus transacciones internacionales, de forma que si hay superavit el país gana dinero de sus intercambios y si hay déficit lo pierde.
El informe del FMI indica que los impuestos aduaneros «no son una buena herramienta» para tratar de corregir desequilibrios en la balanza por cuenta corriente y puntualiza que «solo tienen un impacto menor» y parcial sobre el conjunto de la misma.
«Una mayor escalada de las tensiones comerciales, incluyendo (la implementación de) aranceles, tendría importantes efectos macroeconómicos negativos, con una eficacia limitada para corregir los desequilibrios globales», advierte.
Esta argumentación contradice los argumentos del Gobierno de Donald Trump para justificar su guerra comercial y la activación de gravámenes sobre las importaciones de que proceden de otros países.
El FMI traza modelos que indican que los aranceles actúan como shocks de oferta negativos y, por ello, la posible reducción de un déficit en la balanza comercial acaba contrarrestada por disminuciones de la inversión y del ahorro como consecuencia de la menor confianza que la guerra comercial genera en empresas y consumidores.
El organismo considera, en cambio, que «abordar los desequilibrios internos podría propiciar la convergencia de los principales saldos de la cuenta corriente» y sugiere políticas concretas a las tres economías responsables en gran medida del aumento de los desequilibrios.
EFE