Las universidades de La Laguna (España) y Río de Janeiro (Brasil) ultiman la solicitud de patente de una sustancia derivada de las algas rojas que posee considerables propiedades bioactivas frente a las cepas de Naegleria, un parásito conocido como la ameba ‘comecerebros’.
Este organismo, conocido científicamente como Naegleria fowleri, es causante de una grave infección cerebral cuya tasa de mortalidad se eleva al 97 %.
Investigadores de ambas universidades han aislado los metabolitos secundarios que producen las algas rojas, propias de aguas de climas templados que proliferan en zonas cercanas a las islas, y que se ha demostrado que son un antídoto contra la ameba ‘comecerebos’.
Los experimentos de los que son objeto estos metabolitos marinos con los que se han realizado los trabajos de ecología química se llevan a cabo en un laboratorio de bioseguridad muy avanzado radicado en Brasil.
Los análisis antitumorales, por su parte, se hacen en el Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias de la Universidad de La Laguna, y que cuenta con una reconocida trayectoria en la investigación sobre las amebas, destaca la institución académica en un comunicado.
La consecución de esta futura patente es el fruto de casi una década de colaboración en el desarrollo de una línea de investigación sobre las algas rojas del género Laurencias, desarrollada por investigadores del Instituto Universitario de Bio-Orgánica Antonio González (IUBO-AG) y del Instituto de Biodiversidad y Sustentabilidad de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
El investigador del Departamento de Química Orgánica del IUBO, José Javier Fernández Castro, que dirige la investigación junto a la profesora del instituto brasileño Angélica Ribero Soares, explica que en estos momentos se cuenta con una librería de productos naturales de los que se han seleccionado aquellos que dan un control positivo porque poseen una “buena actividad para este tipo de enfermedades”, para las que por ahora no existen demasiados fármacos.
«Lo importante y primero, ahora mismo, es desarrollar y tener una molécula que tenga bioactividad; después, que todos los ensayos in vivo funcionen adecuadamente con las muestras que tenemos y, posteriormente, hacer un desarrollo químico que permita tener esas sustancias en cantidades suficientes para se pueda hacer ensayos en humanos y dar paso a la comercialización, algo para lo que aún queda mucho recorrido», según Fernández.
Angélica Ribero detalla que las algas rojas, cuyas muestras se están estudiando en estos momentos, se encuentran tanto en las aguas de Canarias como en las de Brasil, por lo que se está comparando la producción química de ambos lados, además de aprovechar para hacer estudios de compuestos y cribados farmacológicos con los que buscar utilidades a estos compuestos.
EFE