Después de 7 días de recuperación tras un periodo de 10 días de sueño deficiente, los participantes en un pequeño estudio habían recuperado su velocidad de reacción anterior a la privación de sueño, pero no se habían recuperado completamente en ninguna otra medida de función, según un estudio de la Universidad Jagellónica de Cracovia (Polonia) publicado en la revista de acceso abierto ‘PLOS ONE’.
La falta de sueño afecta negativamente al funcionamiento humano y se asocia a déficits de atención y memoria, así como a un mayor riesgo de accidentes de tráfico, problemas cardíacos y otros problemas médicos. Sin embargo, aunque algunas investigaciones han abordado la recuperación tras la privación crónica del sueño, no ha quedado claro cuánto tiempo se necesita para recuperarse completamente de períodos prolongados de sueño deficiente.
Para arrojar más luz sobre este tema, el investigador Jeremi Ochab y sus colegas llevaron a cabo un pequeño estudio con varios adultos sanos que se sometieron a 10 días de restricción intencionada del sueño, seguidos de 7 días de recuperación sin restricciones.
Los participantes completaron el estudio en su entorno cotidiano y llevaban sensores en la muñeca para controlar los patrones diarios de sueño y actividad. También se sometieron a una electroencefalografía (EEG) diaria para controlar la actividad cerebral y respondieron a preguntas diarias (tareas Stroop) para medir los tiempos de reacción y la precisión.
Tras 7 días de recuperación, los participantes aún no habían recuperado el rendimiento anterior a la privación del sueño en la mayoría de las medidas de funcionamiento. Esto incluía varias medidas de actividad cerebral en el EEG, patrones de reposo versus actividad captados por sensores de muñeca, y precisión en las tareas Stroop. Sólo sus tiempos de reacción se habían recuperado hasta los niveles de referencia.
Aunque los investigadores señalan que es difícil comparar estos resultados con los de otros estudios que emplearon métodos diferentes, los resultados aportan nuevos conocimientos sobre la recuperación de la pérdida crónica de sueño. Las investigaciones futuras podrían ampliarse a un mayor número de participantes, investigar períodos de recuperación más largos y desentrañar el orden en que las diferentes funciones vuelven a la normalidad.
Los autores añaden que «la investigación del proceso de recuperación tras un periodo prolongado de restricción del sueño revela que las diferencias en las respuestas conductuales, motoras y neurofisiológicas tanto a la pérdida de sueño como a la recuperación».
Fuente: 800 Noticias