La obsesión por el cuerpo y la imagen física se encuentra en la base de distintos trastornos psicológicos. La terapia de exposición al espejo ayuda a mejorar la percepción corporal y a reducir el impacto de dichas enfermedades.
Cuando pensamos en trastornos de la conducta alimentaria tendemos a creer que el problema principal es el peso y la figura de la persona. Sin embargo, es la alteración en la percepción corporal lo que causa un verdadero malestar y se encuentra en el origen y mantenimiento de este tipo de patologías. La terapia de exposición al espejo surge como una eficaz herramienta para trabajar con la imagen corporal negativa.
Una actividad tan cotidiana como mirarse al espejo puede resultar angustiante para algunas personas. Así, hay quienes evitan por todos los medios contemplar su reflejo.
Mientras, otros se observan de manera insistente y recurrente en busca de defectos. Con esta terapia de exposición al espejo se busca modificar la percepción corporal y ayudar a la persona a gestionar las emociones y conductas asociadas.
¿En qué consiste la terapia de exposición al espejo?
La terapia de exposición al espejo consiste en enfrentar a la persona con su propia imagen corporal. Esta técnica puede utilizarse a modo de evaluación, para detectar los pensamientos, sesgos y emociones que surgen al observar el reflejo.
Pero, de manera especial, se emplea como tratamiento en trastornos de la conducta alimentaria y otras condiciones cercanas, como el trastorno dismórfico corporal.
Para aplicar la exposición al espejo la persona ha de vestir ropa ajustada o reveladora que permita hacer un recorrido visual por cada área de su cuerpo. Debe colocarse frente a un espejo grande y de cuerpo completo y observarse, siguiendo una serie de pautas e instrucciones proporcionadas por el terapeuta.
Tipos y técnicas
Existen diversas formas de abordar la terapia de exposición al espejo. Cuál escoger dependerá, en gran parte, de la problemática a tratar, así como de la respuesta de la persona. Las principales técnicas son las siguientes:
Monitoreo de la ansiedad: en esta modalidad se le pide a la persona que se coloque frente al espejo y observe su cuerpo durante un tiempo prolongado. De forma periódica, el terapeuta pregunta el grado de ansiedad que se está experimentando.
Exposición guiada: frente al espejo se le pide a la persona que describa cada una de las partes de su cuerpo. Esta descripción ha de ser objetiva y neutra, como si se quisiera ayudar a otro a realizar un modelo.
Exposición pura: al contrario que en la anterior versión, se alienta a la persona a expresar todas las emociones que experimenta al mirar su reflejo. Es común sentir incomodidad y rechazo, pero se trata de un ejercicio muy efectivo y catártico.
Exposición con enfoque positivo: un último tipo de exposición al espejo consiste en que la persona ha de dirigirse comentarios positivos. El objetivo consiste en identificar aquellas partes del cuerpo que más agradables resultan y resaltarlas.
Efectividad de la técnica de espejo
La terapia de exposición al espejo ha demostrado ser efectiva para trabajar la imagen corporal negativa en personas con trastornos de la conducta alimentaria. También aporta beneficios a las personas sanas que la implementan.
Sin embargo, su efectividad aún no está probada en otro tipo de trastornos. A pesar de esto, se identifican algunos de los mecanismos por los que resulta tan eficaz para modificar la percepción corporal negativa:
Como toda terapia de exposición, ayuda a la persona a enfrentarse al estímulo aversivo (en este caso, su propia imagen corporal). De este modo, se logra reducir la ansiedad y relacionarse de una forma más natural y positiva.
Ayuda a combatir los sesgos atencionales que llevan a la persona a fijarse solo en sus defectos percibidos, magnificándolos. Tras esta terapia se consigue una atención más diversa y uniforme.
Contribuye a modificar pensamientos erróneos y disfuncionales respecto al cuerpo y la imagen, ajustándolos a la realidad.
Beneficios de esta terapia
La terapia de exposición al espejo logra mejorar la percepción de la propia imagen, reduce los niveles de estrés asociados y ayuda a aumentar la satisfacción corporal.
Pero además, genera un aumento de la autoestima y de la capacidad para relacionarse de forma saludable con el propio cuerpo. Lo más sorprendente es la rapidez con la que se obtienen estos provechos, ya que tras pocas semanas de exposición las personas muestran una mejora significativa en sus pensamientos, emociones y conductas.
Más autoestima con la terapia de exposición al espejo
Cuando la persona presenta algún trastorno alimenticio o dismórfico es importante que esta técnica sea aplicada bajo la supervisión de un profesional. Sin embargo, puede resultar de utilidad para aquellos que, sin presentar síntomas clínicos, desean abordar el rechazo hacia su imagen o mejorar la autoestima.
Contemplar el cuerpo no debería obsesionarnos o asustarnos a tal grado de interferir con la vida cotidiana. Mucho menos, causarnos un importante malestar. Si esto sucede, es necesario pedir ayuda.
Fuente: Mejor con Salud