La demencia senil, en realidad no es una enfermedad sino un deterioro progresivo de las funciones cognitivas, eso implica la capacidad de procesar el pensamiento, juicio, orientación, aprendizaje y lenguaje.
Uno de los factores más recurrentes de esta patología, es el daño de las células nerviosas y sus conexiones con el cerebro. Así como la artritis, diabetes, osteoporosis y cardiopatías.
Auto agresión
Delirio
Depresión
Falta de coordinación o equilibrio
Desorientación
Perdida de memoria
Cambio de personalidad
Dificultad para moverse, comer, vestirse o realizar cualquier tarea.
Se debe hacer una evaluación neuropsicológica y someter al paciente a una serie de estudios clínicos y de laboratorio. Los especialistas en esta materia podrán determinar el grado del daño que tenga el paciente y cuales son los factores están acelerando el deterioro.
Una de la mejor estrategia para retrasar el desarrollo de esta patología es fomentar la actividad física y cognitiva en edades medias de la vida. El apoyo de la familia es vital e importante en el tratamiento de la demencia senil
Esta patología no es reversible, aunque existen tratamientos con los que se ha comprobado el retardo de los efectos degenerativos propios de este trastorno.