El Alzheimer es una enfermedad progresiva, en la que los síntomas de demencia empeoran gradualmente con el paso de los años. En sus primeras etapas, la pérdida de memoria es leve, pero en la etapa final del Alzheimer, las personas pierden la capacidad de mantener una conversación y responder al entorno, algunos de los mitos son:
Aunque la mayoría de los casos se dan en la tercera edad, hay veces en las que esta enfermedad debuta muy pronto. “Los pacientes más jóvenes suelen ser mucho más conscientes de su diagnóstico”, asegura Ana Maeso, neuropsicóloga especialista.
La agresividad no necesariamente se da en todas las personas que padecen alzhéimer. Lo que sí provoca esta enfermedad son daños en las estructuras cerebrales responsables del lenguaje o la autorregulación de la conducta, entre otras. Si a esto se le suma la dificultad de poder verbalizarlo, debido a una alteración del lenguaje, el sentimiento de frustración se agudiza y aparecen comportamientos agresivos a modo de protesta.
El consumo de ciertos medicamentos, la alteración del estado de ánimo y la hipoacusia afectan directamente a la capacidad de atención, y sin atención no hay memoria.
Las personas no tienen la misma genética y sus biografías e historias personales son únicas; así como la forma en la que gestionan y perciben las emociones. Por tanto, la experiencia con la enfermedad y sus síntomas también es diferente.
Las etapas de evolución de la enfermedad son una referencia aproximada a lo que podría ocurrir y conocerlas sirve de ayuda a cuidadores y familiares para ir aceptando una realidad que va a cambiarles la vida.
Aunque existe un componente genético, no tiene necesariamente que darse. De hecho, menos del 10 % de las demencias son hereditarias.
Información de EFE