El colesterol es una sustancia grasa que está presente en todos los tejidos del cuerpo humano y es necesaria para el normal funcionamiento del organismo. Sirve como materia prima para las membranas (paredes) de las células y para la síntesis (fabricación) de hormonas como por ejemplo los estrógenos y andrógenos.
Niveles altos de colesterol total implican más grasa en los tejidos y su acumulación en las arterias está asociada a mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Un reciente estudio de la Universidad del Sur de California (USC), determinó que el colesterol “bueno” puede desempeñar un papel importante en la salud del cerebro al reducir el riesgo de enfermedad de Alzheimer.
Para entender las diferencias, por un lado existe el llamado colesterol “malo” LDL (lipoproteínas de baja densidad), que puede aumentar el riesgo de obstrucción de las arterias, ataque cardíaco y accidente cerebrovascular cuando se superan los niveles recomendados.
Por otro lado, el colesterol “bueno” HDL (lipoproteínas de alta densidad), que tiene una función protectora al transportar el colesterol hacia el hígado para su eliminación.
Los investigadores de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California reclutaron a 180 adultos sanos de 60 años o más, con una edad promedio de 77 años y analizaron su plasma sanguíneo y el líquido cefalorraquídeo. “Las personas con mayores niveles de partículas pequeñas de HDL en el cerebro obtuvieron mejores resultados en las pruebas cognitivas y tenían menos placas de amiloide”, señaló el doctor Hussein Yassine, director del estudio.
Este efecto ocurrió independientemente de la edad, el nivel educativo, el sexo o si los participantes eran portadores del gen APOE4, que se ha relacionado previamente con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer. El vínculo fue aún más fuerte en aquellas personas sin deterioro cognitivo, aunque el efecto fue menor una vez que las personas desarrollaron deterioro cognitivo, explicó el científico a la Yassine al portal de salud Healthline.
Otro de los indicadores asociados al colesterol “bueno”, fueron los niveles más altos de un péptido en particular, el amiloide beta 42, en su líquido cefalorraquídeo. Aunque esta pequeña proteína es en realidad una señal de advertencia clave para la aparición de la enfermedad de Alzheimer cuando se pliega incorrectamente en el cerebro, tener beta amiloide saludable sí protege a los adultos mayores de la enfermedad.
Los investigadores concluyeron que la implicación de sus hallazgos es que los mecanismos que promueven la formación de pequeñas partículas HDL en el cerebro podrían desempeñar un papel en la prevención de la enfermedad de Alzheimer.
“Ahora que tenemos un buen objetivo para monitorear y podremos encontrar qué intervenciones (dieta, ejercicio y medicamentos) aumentan el HDL con la esperanza de que esto se traduzca en la protección de nuestros cerebros”, indicó el doctor Yassine.
“Este estudio nos dice que debemos estar atentos a la historia del metabolismo de las grasas en el cerebro”, dijo el doctor Paul E. Schulz, neurólogo de UTHealth Houston y del Centro Médico Memorial Hermann-Texas. El experto agregó: “A medida que descubramos más compuestos que tienen un efecto positivo, podremos reducir significativamente el riesgo de la enfermedad de Alzheimer”.
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