El cerebro femenino es particularmente vulnerable a los cambios hormonales, las alteraciones del humor e incluso los síntomas de la perimenopausia son fundamentalmente de origen cerebral.
A lo largo de la existencia en la adolescencia, en cada embarazo, lactancia y transición a la menopausia se pasa por momentos de malestar, tristeza, pérdida de memoria secundarios a estas alteraciones, que en muchos casos no son tomados en cuenta o los dejamos pasar porque eso es "estrés".
La Dra. Carmen Mantellini, explica que “Efectivamente el estrés impacta nuestra salud, al desviar el uso de precursores de hormonas sexuales hacia la síntesis de cortisol que es la necesaria para enfrentarlo. De ahí que en vez de desestimar el estrés, es importante resolverlo ya que genera una deficiencia crónica de estas hormonas sexuales que va afectar varios aspectos de la salud femenina como: Fertilidad, huesos, emociones y aumenta el riesgo de ciertas enfermedades en el futuro, incluyendo Alzheimer”.
En relación al Alzheimer 2 de cada 3 pacientes diagnosticados son mujeres, de ahí la importancia de atender estas alteraciones y factores de riesgo desde edades tempranas, que pudiesen tener un impacto en el riesgo de padecerlo. Adicionalmente algunas enfermedades y hábitos de vida pueden aumentar este riesgo bien sea por adelantar la edad de la menopausia, y por ende dejándonos con menor concentración de hormonas sexuales, sino también afectando la irrigación cerebral.
-¿Cuál es el rol del ginecólogo?
Como médico de la mujer, debe identificar y acompañar la resolución de estos factores, con el fin de procurar una mejor salud. En cada una de las etapas en las que se producen normalmente esas alteraciones hormonales, debe identificar a tiempo otras causas subyacentes que las complican.
Mantellini explica que “En la adolescencia es necesario identificar hiperinsulinismo o hiperandrogenismo que puedan a futuro afectar no sólo la fertilidad sino el riesgo de enfermedades como diabetes mellitus, hipotiroidismo, hipertensión arterial. Durante el embarazo y el período postparto, es importante no sólo evitar e identificar el riesgo de diabetes gestacional, sino afecciones como la tiroiditis postparto que pudieran provocar caída del cabello, y aumentar el riesgo de depresión”.
El sobrepeso y la obesidad de forma independiente afectan no solo la fertilidad, sino aumentan el riesgo de sufrir de enfermedades cardiovasculares y cáncer. Durante la transición a la menopausia, son reconocidos los síntomas vasomotores o calorones como una manifestación cerebral de esa alteración y que algunos estudios vinculan como una disfunción que pudiera ser un signo de alarma para enfermedades cardiovasculares en el futuro. La pérdida de deseo sexual es otra manifestación de estos cambios.