Medir los niveles de azúcar en sangre, saber si una persona ha bebido demasiado o controlar la fatiga muscular durante un entrenamiento son las tres cosas que es capaz de hacer un pequeño dispositivo que se instala en la piel y que han desarrollado ingenieros de la Universidad de California, en San Diego (EE.UU).
Este prototipo de dispositivo portátil, cuya descripción se publica en la revista Nature Biomedical Engineering, puede controlar de forma continua y en tiempo real los niveles de glucosa, alcohol y lactato.
El pequeño aparato, del tamaño aproximadamente de una chapa de botella, se aplica en la piel a través de una especie de velcro/parche de agujas microscópicas, de una quinta parte de la anchura de un cabello humano.
El parche de microagujas está conectado a una caja de electrónica reutilizable que alberga la batería, los sensores electrónicos, el transmisor inalámbrico y otros componentes electrónicos.
El dispositivo puede recargarse en cualquier plataforma de carga inalámbrica utilizada para teléfonos y relojes inteligentes.
Integrar todos estos componentes en un pequeño dispositivo inalámbrico fue uno de los mayores retos del equipo, según un comunicado de la Universidad de California, que apunta que también fue necesario un diseño e ingeniería inteligentes para combinar los componentes electrónicos reutilizables -deben permanecer secos- con el parche de microagujas, que se expone a fluidos biológicos.
Llevar el dispositivo no es doloroso, según sus responsables, ya que las microagujas apenas penetran en la superficie de la piel para detectar las biomoléculas del líquido intersticial, líquido circundante a las células bajo la piel.
Esta tecnología puede llevarse en la parte superior del brazo y envía los datos de forma inalámbrica a una aplicación. «Es como un laboratorio completo en la piel», resume el director del Center for Wearable Sensors, Joseph Wang.
La mayoría de este tipo de aparatos de salud comerciales, como los monitores continuos de glucosa para pacientes con diabetes, solo mide un marcador; el problema, según los investigadores, es que dejan fuera información que podría ayudar a las personas con diabetes, por ejemplo, a controlar su enfermedad de forma más eficaz.
El control de los índices de alcohol es útil porque su consumo puede reducir los niveles de glucosa, por lo que conocer ambos datos ayudaría a estas personas a evitar que la tasa de azúcar en sangre baje demasiado después de la ingesta de este tipo de bebidas.
La información sobre el lactato, que puede controlarse durante el ejercicio como biomarcador de la fatiga muscular, también es útil porque la actividad física influye en la capacidad del organismo para regular la glucosa.
«Con nuestro dispositivo, la gente puede ver la interacción entre sus picos o bajadas de glucosa con su dieta, el ejercicio y el consumo de bebidas alcohólicas, lo que podría mejorar su calidad de vida», señala Farshad Tehrani, autor también del estudio.
El dispositivo se probó en cinco voluntarios que lo llevaron en la parte superior del brazo mientras hacían ejercicio, en las comidas y cuando bebían una copa de vino.
Las mediciones de glucosa, alcohol y lactato realizadas por este coincidieron estrechamente con las realizadas, respectivamente, por un medidor de glucosa en sangre, un alcoholímetro y las mediciones de lactato en sangre en el laboratorio.
Los investigadores han creado una empresa -AquilX- para seguir desarrollando la tecnología; ahora, por ejemplo, quieren mejorar la duración del parche y estudian la posibilidad de añadir más sensores al dispositivo para controlar los niveles de medicación de los pacientes y otros valores de salud.
EFE