Mantener
la salud cardiovascular es importante y no sólo para cuidar de nuestro corazón. Mantener unos hábitos saludables, como una buena alimentación, evitar el tabaco y el alcohol, y practicar ejercicio físico de manera regular, es fundamental para evitar futuros problemas cardiacos y también, cerebrales.
Aunque no lo parezca a primera vista,
algunas patologías cardiacas pueden ser el origen de los trombos que al circular por el torrente sanguíneo y llegar a los vasos más estrechos del cerebro, los obstruyen interrumpiendo el riego sanguíneo y generando los llamados ictus isquémicos, o infartos cerebrales.
Este tipo de
ictus es el más habitual y se calcula, de hecho, que entre un 20-30% aproximadamente están relacionados con una enfermedad cardiaca previa como puede ser una insuficiencia, una endocarditis, o una fibrilación auricular.
Enfermedades que provocan un bombeo irregular de sangre y por tanto una propensión a los coágulos, que aumenta la probabilidad de que estos pacientes sufran un ictus.
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