El ajo es uno de los alimentos obligatorios en la concina. Su presencia en la gastronomía se remonta a muchos años atrás. Ocurre que cuando no hay más nada en la nevera; incorporar solamente el ajo como sazonador es suficiente para obtener un buen sabor en cada uno de los platillos.
Su olor es fuerte, pero su saber es adictivo siempre que esté integrado con proteínas o carbohidratos. Consumir esta especie ayudará a tu salud. Pendiente con sus beneficios:
Abre el apetito
Es un eficaz antibiótico
Disminuye el riesgo de parto prematuro
Cuida tus huesos
Combate el resfriado
Reduce el colesterol
Fortalece el sistema inmunológico
Protege tu corazón
Aunque la gran mayoría de las personas consumen el ajo sin evaluar su cuerpo, no obstante los excesos siempre son malos. En este sentido, te mostraremos algunas de sus contraindicaciones para ver si eres de las personas aptas para su ingesta:
Se desaconseja cuando haya una tendencia a sufrir hemorragias porque debido a su efecto vasodilatador hace que la sangre fluya con mayor rapidez.
En casos en los que haya deficiencia de ácidos gástricos puede que no se digiera bien y provoque flatulencia.
Puede provocar ardores de boca, esófago y estómago.
En cuanto a las posibles interacciones con fármacos, puede elevar el riesgo de sangrado si se administra junto a anticoagulantes como el ácido acetilsalicílico u otros.
Tampoco es recomendable si se sigue un tratamiento con hipoglucemiantes, dado que el ajo acentuaría la hipoglucemia.
Durante el embarazo y la lactancia se aconseja evitar el consumo de grandes cantidades de ajo, ya que puede estimular el útero o provocar incluso un aborto.
Con información de 800 Noticias.