Las personas con Covid-19 persistente experimentan una variedad de síntomas que se mantienen durante más de cuatro semanas tras superar la fase agua de la enfermedad y que pueden resultar discapacitantes. De hecho, una investigación reciente ha llegado a identificar hasta 203 síntomas distintos en estos pacientes.
Ahora un nuevo estudio publicado en British Journal of Ophthalmology ha comprobado que la pérdida de fibras nerviosas y un incremento de las células dendríticas en la superficie del ojo (córnea) pueden ser una característica del Covid-19 persistente que ayude a identificar este problema de salud. Las células dendríticas desempeñan un papel fundamental en la respuesta del sistema inmune primario porque capturan y presentan antígenos de patógenos invasores.
Según los resultados del trabajo, estos cambios eran especialmente evidentes en los individuos que presentaban síntomas neurológicos como pérdida del olfato y el gusto, dolor de cabeza o neuropático, mareos o entumecimiento, tras la infección por SARS-Cov-2.