El administrador apostólico de Caracas, Cardenal Baltazar Porras, destacó durante la ceremonia de beatificación del doctor José Gregorio Hernández que el Venerable enseñó el compromiso de servir al pueblo.
"Hoy repican las campanas del corazón, es la fiesta del santo del pueblo; la fiesta no es de solo los católicos sino de los venezolanos", expresó el cardenal al comenzar la ceremonia en la iglesia San Juan Bautista del Colegio La Salle, en Caracas, para formalizar la beatificación del Venerable.
"Somos privilegiados de compartir este privilegio. Tenemos que hacer gala del compromiso de servir", como lo ha hecho el Venerable, remarcó.
En sus palabras igualmente señaló que es portavoz "de los sentimientos que embargan a miles de devotos: El gremio sanitario médico, los profesionales, la gente sencilla anónima, pero que cargan con el signo indeleble de saber que José Gregorio es nuestro", recalcó.
En la ceremonia se procedió a descubrir una imagen del nuevo beato, quien nació el 26 de octubre de 1864 en la localidad de Isnotú, estado de Trujillo, con padres de ascendencia canaria y colombiana, y en 1888 se graduó de médico en la Universidad Central de Venezuela. Falleció en 1919 al ser golpeado por un vehículo en movimiento, en la parroquia La Pastora, centro de Caracas.
Se dedicó en vida a servir a los más vulnerables, por lo que hoy es exclamado siervo de Dios y Beato universal.
En junio de 2019, El Vaticano aprobó la beatificación del médico de los pobres en reconocimiento al siervo de Dios por el milagro concedido a la niña Yaxury Solórzano atribuido al Dr. José Gregorio Hernández, quien es el cuarto beato venezolano.
Su proceso de beatificación y canonización comenzó en 1949, impulsado por el entonces arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo Castillo. El 16 de enero de 1986 fue declarado Venerable por el Papa Juan Pablo II.
Fue el 9 de enero de 2020, cuando la Comisión Médica de la Congregación para las Causas de los Santos aprobó el milagro atribuido a su intercesión: la curación de una niña alcanzada por una bala en la cabeza disparada por unos hombres que querían robar a su padre. Un milagro que también fue aprobado, el 27 de abril de 2020, por la Comisión Teológica, refiere la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) en su página web.