El tifón Pulasan tocó tierra este jueves a las 18:50 hora local (10:50 GMT) en la provincia oriental china de Zhejiang, siguiendo una trayectoria similar a la del Bebinca, apenas tres días después del paso de este.
El tifón, con una fuerza máxima del viento cerca de su centro de hasta 25 metros por segundo (90 km/h) y una presión mínima de 990 hPa, tocó tierra en el condado de Daishan, perteneciente a la ciudad de Zhoushan, según el observatorio meteorológico provincial.
El organismo meteorológico ha evaluado una trayectoria para el decimocuarto tifón del año y actualmente clasificado como tormenta tropical que pasaría justo por encima de la ciudad de Suzhou, y rozaría las urbes de Shanghái y Hangzhou.
Se prevé que las rachas de viento alcancen niveles de 8 a 10 en la costa norte de Zhejiang y la bahía de Hangzhou, equivalentes a velocidades de entre 62 y 102 km/h, con posibles vientos de nivel 11 en algunas zonas, alcanzando hasta 117 km/h.
En áreas interiores del norte de Zhejiang, los vientos serán de nivel 5 a 7, con velocidades de entre 39 y 61 km/h, mientras que en montañas altas y cuerpos de agua se esperan vientos de nivel 7 a 9, equivalentes a entre 50 y 88 km/h.
Según el portal meteorológico weather.com.cn, durante los próximos 10 días se espera la formación de uno o dos tifones adicionales que podrían afectar a la región sureste del país antes de la llegada de las vacaciones con motivo del Día Nacional del 1 de octubre, también conocidas como ‘Semana Dorada’.
Estos fenómenos climáticos, que han sido menos frecuentes durante el verano, podrían intensificarse en el otoño debido al aumento de la temperatura global, indicó Ma Jun, director del Instituto de Asuntos Públicos y Ambientales de Pekín, en declaraciones recogidas por el diario oficialista Global Times.
Ma también destacó que fenómenos como el Pulasan podrían agravarse debido al impacto del cambio climático, lo que está aumentando la energía de los tifones y su capacidad destructiva.
En las últimas semanas, China fue golpeada por los tifones Yagi y Bebinca, dejando el primero un saldo de dos fallecidos a su paso por el sur del gigante asiático, y el segundo «daños significativos», según las autoridades locales, derribando más de 1.800 árboles y dejando a 30.000 hogares sin electricidad, además de la cancelación de cientos de vuelos en la métropolis oriental de Shanghái.
EFE