Una marea de fieles musulmanes comenzó a afluir este jueves por la ciudad sagrada de La Meca en el primer «hach» (la mayor peregrinación anual) tras la pandemia de covid-19, para el que las autoridades saudíes han concedido un millón de permisos después de dos años de cuotas mínimas.
Los peregrinos, todos vestidos de blanco con las tradicionales prendas sin costuras del «ihram», comenzaron la primera de las tres jornadas del evento religioso dando las siete vueltas de rigor a la Kaaba, la construcción en forma de prisma situada en el centro de la Gran Mezquita de La Meca.
A continuación fueron trasladándose hacia el valle de Mina, en las afueras de La Meca, para realizar otro ritual denominado «al taruiya» o revelación, consistente en rezos y meditación antes de iniciar viaje el viernes hacia el monte Arafat, unos 20 kilómetros al este de la Gran Mezquita, en la segunda y principal jornada del «hach».
A pesar de que Arabia Saudí permitió un número mucho mayor de devotos que el millar de 2020 y los 60.000 de 2021, y de que autorizó por primera vez en dos años la llegada de musulmanes de otros países, la cifra de este año todavía está lejos de los 2,5 millones de 2019.
Además, todos ellos deben haber certificado estar vacunados, tener una prueba de PCR negativa reciente y no tener más de 65 años, como medidas de prevención.
EFE