Al menos cuatro personas han muerto en Filipinas por el paso de Bualoi, que golpeó anoche la costa oriental del archipiélago convertido en tifón y se debilitó ligeramente este viernes mientras continúa atravesando el país asiático, obligando a evacuar a unas 400.000 personas.
Tres personas fallecieron en la provincia de Masbate por el colapso de árboles y viviendas causados por los vientos de hasta 165 kilómetros por hora asociados a Bualoi, afirmó el director de la Oficina de Defensa Civil de la región de Bicol, Claudio Yucot, al medio local Inquirer.
Una cuarta persona murió por el impacto de un rayo en la vecina provincia de Camarines Norte, añadió la fuente.
Conocido en el archipiélago como Opong, el tifón tocó tierra en el centro de Filipinas la noche del jueves, según la agencia meteorológica filipina (PAGASA), y continúa su avance como tormenta tropical severa hacia el noroeste del archipiélago, afectando a varias provincias centrales pero sin pasar directamente por la capital.
Las autoridades del país asiático han evacuado a más de 100.000 residentes de zonas vulnerables al tifón, según datos del Consejo para la Gestión de Desastres (NDRRMC), y decretaron el cierre de oficinas gubernamentales y escuelas en la capital y varias provincias.
La tormenta tropical severa llegó al archipiélago después de que el supertifón Ragasa golpeara el norte del país el pasado lunes, causando al menos una decena de muertos y 17 heridos entre miles de evacuados.
Los tifones son fenómenos recurrentes en el Sudeste Asiático, cuando las aguas cálidas del océano Pacífico propician la formación de ciclones, y países como Filipinas se ven golpeados cada año por en torno a una veintena de estas tormentas tropicales especialmente en la temporada de lluvias, que suele comenzar en junio y termina en noviembre o diciembre.
El archipiélago atraviesa un momento de indignación popular por la corrupción en millonarios proyectos de control de inundaciones, pensados para proteger a los ciudadanos de los efectos de tifones e inundaciones y supuestamente finalizados, pero en realidad inexistentes o de baja calidad.
EFE.