La tensión en el sur de Chile crece tras la muerte el miércoles de un mapuche en un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad, un incidente que despertó un aluvión de críticas contra la militarización de la zona decretada a mediados de octubre por el presidente chileno, Sebastián Piñera, y en la que el mandatario insistió este jueves.
En una esperada rueda de prensa en La Moneda, sede presidencial, el mandatario respaldó a las fuerzas del orden y aseguró que el miércoles «Chile fue víctima de un grupo terrorista».
Dos patrullas fueron atacadas por encapuchados con armas de fuego en una carretera en la comuna de Cañete (630 kilómetros al sur de Santiago) y durante el intercambio de disparos un indígena resultó muerto y hubo tres heridos y dos detenidos, según la información oficial.
La Fiscalía tuvo que salir este jueves a aclarar que los choques dejaron solo una persona fallecida y que la otra que el Gobierno dio por muerta la víspera se encuentra «en estado grave».
Arauco, donde ocurrieron los hechos, y otras tres provincias (la vecina Biobío y Malleco y Cautín, en La Araucanía) se encuentran bajo estado de excepción desde el pasado 12 de octubre y hasta el 11 de noviembre, lo que en la práctica implica la militarización.
EFE.