Varios miles de personas marcharon este sábado por las calles de un acaudalado barrio de Santiago de Chile para mostrar su postura en contra de la redacción de una nueva Constitución y fomentando la opción de rechazar el proceso constituyente en el próximo plebiscito de finales de abril.
Al grito de «Rechazo, rechazo. No queremos miseria. No seremos Cuba ni Venezuela» los ciudadanos se manifestaron en el barrio de Las Condes, en el este de la capital, para mostrar su desacuerdo con la idea de crear una nueva Carta Magna.
Entre los gritos de los asistentes a la concentración y las bocinas de los coches que pasaban cerca alentando a los presentes, la movilización se desarrolló con normalidad y sin incidentes.
La actual Constitución chilena, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), está en tela de juicio como el origen de la desigualdad en el país.
Las protestas sociales que se desarrollan en Chile desde octubre contra el modelo socioeconómico chileno y el Gobierno de Sebastián Piñera, y que ya dejan al menos 30 fallecidos, pusieron su mira en la Carta Magna.
Desde el poder Legislativo se alcanzó un acuerdo entre oficialismo y oposición para concretar un proceso constituyente en el que la ciudadanía decida sobre el futuro de la Constitución.
El próximo 26 de abril los ciudadanos están convocados a las urnas para decidir si aprueban la creación de una nueva Carta Magna o se quedan con la que tienen.
Esta última opción, la de mantener el actual texto fundamental, es la que defendieron en las calles capitalinas ciudadanos como Jorge Sández, quien explicó a Efe que no hay necesidad de redactar una nueva Constitución.
«Nuestra Constitución, que lleva más de 40 años, nos ha permitido mantener nuestro país con sólidos principios de democracia y de libertad. ¿Para qué vamos a cambiar una Constitución que nos ha servido por todos estos 40 años? Lo único que hay que hacer, si fuese posible, es reformar algunas leyes, pero no cambiar la Constitución», indicó.
Los motivos de Sández, compartidos por los varios miles que protestaron junto a él, es que no quieren que una nueva Carta Magna lleve a Chile a la situación de Venezuela o Cuba.
«(Estamos) por el rechazo al plebiscito al próximo 26 de abril donde el comunismo quiere instaurar una nueva Constitución o una Asamblea Constituyente igual a la venezolana, a la ecuatoriana o a la boliviana. No queremos eso», indicó.
La casi unánime decisión parlamentaria (a excepción del Partido Comunista) de convocar un plebiscito se ha ido resquebrajando con la cercanía de la fecha decisiva y la política chilena se ha posición ya claramente entre partidarios y detractores de crear una nueva Constitución.
En el lado conservador, la mayoría de los partidos que componen el grupo oficialista Chile Vamos ya dejó clara su postura en contra de un nuevo texto, mientras que la oposición de izquierdas cierra filas en pro de la aprobación del proceso constituyente.
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