Haití recuerda este domingo a las decenas de miles de personas que murieron en el devastador terremoto del 12 de enero de 2010, mientras el dolor se mezcla con la ira y la amargura por los esfuerzos fallidos de reconstrucción.
Durante unos 35 largos segundos, un terremoto de magnitud 7 transformó la capital, Puerto Príncipe, y las ciudades cercanas de Gressier, Leogane y Jacmel en ruinas polvorientas, matando a más de 200.000 personas e hiriendo a otras 300.000.
Más de 1,5 millones de haitianos quedaron sin hogar, dejando a las autoridades de la isla y a la comunidad humanitaria internacional ante un desafío colosal en un país que carece de un registro de tierras o de reglas de construcción.
“Ha sido una década perdida, totalmente perdida”, dijo el economista haitiano Kesner Pharel a la AFP. “La capital no ha sido reconstruida, pero nuestra mala gobernanza no es responsabilidad exclusiva de las autoridades locales; a nivel internacional no hemos visto un mecanismo para administrar la ayuda que permita que el país se beneficie”.
El terremoto destruyó cientos de miles de hogares, así como edificios administrativos y escuelas, sin mencionar el 60% del sistema de salud.
Por su parte, el Secretario General renovó el compromiso de las Naciones Unidas para ayudar al país y a su pueblo a construir un futuro mejor.
«Hoy recordamos a los cientos de miles de haitianos que perdieron la vida en el devastador terremoto que asoló su país hace diez años, y a los millones de personas que se vieron gravemente afectadas por esa catástrofe».
El daño del terremoto todavía es claramente visible en la capital, incluso en las paredes y las estructuras de la entrada del Palacio Nacional, cuya cúpula se hundió.
Con información de BBC.