El banco más grande de EE.UU., JPMorgan Chase, y otras dos entidades de Wall Street, Citigroup y Wells Fargo, dieron cuenta este viernes de un complicado ejercicio 2020 que ha reducido sus beneficios pero anticiparon una mejora económica al liberar parte de sus reservas contra impagos crediticios.
JPMorgan, dirigido por el veterano ejecutivo Jamie Dimon, reportó un caída de sus ganancias anuales del 20 % respecto al año anterior y se situó en 29.131 millones de dólares, pero a la vez logró una facturación récord de 119.543 millones, un 4 % superior a la de 2019, pese al fuerte impacto de la pandemia de covid-19 en primavera y verano.
Sus resultados del cuarto trimestre fueron positivos e incluso superaron las expectativas de los analistas, con un beneficio neto de 12.136 millones, un 42 % más interanual, que atribuyó sobre todo a la liberación de reservas por los "desarrollos en la vacuna", los "estímulos" fiscales y monetarios, y la buena marcha de su negocio de inversión.
El grupo bancario, que ha estado acumulando reservas cada trimestre desde el estallido de la crisis del coronavirus para protegerse contra la morosidad, liberó 2.900 millones en este concepto en los últimos tres meses, aunque todavía le queda una gran suma.
"Nuestras reservas crediticias de 30.000 millones siguen reflejando incertidumbre a corto plazo y nos permitirán soportar un entorno económico mucho peor que las actuales previsiones de base de muchos economistas", explicó Dimon.
En una conferencia posterior, Dimon y sus ejecutivos confiaron en "contrarrestar el impacto de los bajos tipos en 2021" y consideraron los próximos tres a seis meses como "cruciales" para la economía, que esperan sea "muy saludable" en verano contando con estímulos adicionales para los desempleados y las pequeñas empresas.
Citigroup, el tercer grupo bancario por activos de EE.UU., obtuvo en 2020 un beneficio neto de 11.370 millones de dólares, un 41 % menos por el impacto "masivo" de la pandemia, pero pese a todo logró mantener invariable su facturación anual, que se situó en los 74.298 millones (un 0,02 % más).
"Finalizamos un año tumultuoso con un cuarto trimestre sólido", dijo el consejero delegado, Michael Corbat, sobre las cuentas de octubre a diciembre, en las que se redujeron un 7 % las ganancias, hasta los 4.632 millones de dólares, y un 10 % los ingresos, hasta los 16.499 millones.
La entidad decidió liberar unos 1.500 millones de sus reservas para cubrir pérdidas crediticias debido a "la mejora en las previsiones del PIB global" y despidió el año con unos 10.000 millones adicionales en este concepto.
Asimismo, Corbat, que será sustituido en febrero por Jane Fraser, la primera mujer en dirigir uno de los grandes bancos de Wall Street, declaró que planea retomar las recompras de acciones en el trimestre actual tras la reciente decisión de la Reserva Federal abriendo esa posibilidad.
El beneficio neto de Wells Fargo cayó el año pasado más del 83 %, hasta los 3.301 millones de dólares, y sus ingresos bajaron un 15 %, hasta los 72.340 millones de dólares, pero en el cuarto trimestre las ganancias aumentaron un 4 %, hasta los 2.992 millones de dólares.
Este banco, que cuenta con una mayor cartera de préstamos, se enfrentó a los primeros embates de la pandemia peor saneado que el resto de sus competidores y centrado en una reestructuración tras el escándalo por sus prácticas de venta.
Como sus rivales, Wells Fargo también liberó reservas pero en menor medida, 757 millones de dólares, una decisión vinculada a la venta de una cartera de préstamos estudiantiles.
Los resultados de los tres bancos, en los que tuvo un impacto positivo la racha alcista de la bolsa en el último trimestre, tuvieron una acogida mixta entre los analistas, que vieron superadas sus expectativas en cuanto a beneficios pero no facturación.
EFE